El periódico 'The Guardian' considera "un desastre" los efectos de la decisión de los directivos de Facebook, que confiaron en un algoritmo robótico la función que solían desempeñar a mano varios de sus empleados.
Normalmente este grupo de moderadores no solo elegían entre las publicaciones más demandadas aquellas que mayor relevancia tienen, sino que también formaban las 'listas negras' de los enlaces no apropiados. La semana pasada la empresa los echó a la calle y, apenas lo hizo, comenzaron las rarezas en el servicio denominado 'Trending'.
Ante todo en el tope de la selección surgió una historia completamente falsa de despido por la cadena Fox News de una de sus periodistas más prestigiosas y mejor pagadas, acusada de 'traidora'. "Urgente: Fox News tacha de traidora a Megyn Kelly y la echa por respaldar a Hillary [Clinton]", rezaba el anuncio. Pese a los múltiples clics, los lectores no tardaron en denunciar el anuncio, así como a la propia red tanto en sus muros como en Twitter.
Además del anuncio que llegó a ser una tendencia en Facebook, aunque no tenía que ver con la realidad, resultó un 'éxito' también un comentario ofensivo sobre otra periodista destacada de Estados Unidos. Ann Coulter, conocida por su apoyo público a las iniciativas antiinmigración de Donald Trump, fue calificada de "c**o racista" por un cómico y, en vez de censurarlo, la red promovía el anuncio.
"Un proceso dirigido por algoritmos nos permite conseguir que Trending cubra más temas y los ponga al acceso de más personas en todo el mundo", insistió Facebook por medio de su blog oficial. El objetivo, afirmó, era "habilitar el servicio para el mayor número de usuarios posible, algo que sería difícil si tuviéramos que agregar los temas a mano". Obviamente, el resultado no se compaginó con lo deseado.
Este lunes un vicepresidente de Facebook admitió que lo de Megyn Kelly fue "un error por el que pedimos perdón" y agregó que fue rectificado, informa 'The Atlantic'. Sin embargo, la revista digital se pregunta si se puede responsabilizar a un robot de calumnia y uno de sus expertos asegura que aún es difamación si una redacción comete disparates como estos.