El Congreso de los Diputados ha rechazado este viernes por segunda vez la investidura del candidato del Partido Popular (PP), Mariano Rajoy, a la Presidencia del Gobierno, al no haber conseguido la mayoría simple: más votos a favor que en contra.
Así, el voto de los diputados ha permanecido inalterable frente a la primera votación, celebrada el miércoles. El presidente del Gobierno en funciones ha conseguidos 170 apoyos (los 137 de su partido, 32 de Ciudadanos y 1 de Coalición Canaria) y, de nuevo, el resto de formaciones con representación en la Cámara han votado en contra, sumando 180 "noes": PSOE (85), Unidos Podemos (71), ERC (9), CDC (8), EAJ-PNV (5) y EH Bildu (2).
Para esta segunda votación, Rajoy ya no necesitaba mayoría absoluta (176 votos), como requiere la primera, sino que le bastaba con reunir más votos a favor que en contra. Por tanto, podría haber sido investido presidente con mayoría simple (11 abstenciones) pero, finalmente, no ha habido sorpresas y los grupos parlamentarios han tumbado la propuesta de Rajoy.
¿Qué va a suceder a partir de ahora?
Comienzan a correr los plazos que marca la Constitución española, que establece en el artículo 99.4 que si un candidato no logra la confianza del Congreso tras la segunda votación, "se tramitarán sucesivas propuestas" aplicando el mismo procedimiento. Es decir, el rey Felipe VI tendrá que volver a consultar a los representantes designados por los partidos políticos con representación parlamentaria y propondrá, en caso de que lo haya, un candidato a la Presidencia del Gobierno, que deberá someterse a un nuevo proceso de investidura en la Cámara.
Sin embargo, la Constitución establece que si transcurridos dos meses a partir de la primera votación de investidura, ningún candidato hubiese obtenido la confianza del Congreso, el Rey tendrá que disolver ambas Cámaras - Congreso y Senado - y convocar nuevas elecciones con el refrendo del presidente del Congreso.
En otras palabras, el 31 de octubre concluye el plazo que marca la ley para que los partidos políticos se pongan de acuerdo para formar Gobierno. Si para esa fecha no hay un nuevo Ejecutivo, las elecciones quedarán automáticamente convocadas para el día de Navidad, el 25 de diciembre.
Posibilidades para evitar unas terceras elecciones
Un cambio en la posición del PSOE
Pedro Sánchez ha mantenido su "no" a Rajoy pese a todas las presiones internas y externas que le han pedido en reiteradas ocasiones que se abstuviera en la segunda votación para permitir la investidura del candidato popular.
Sin embargo, la estrategia de sus rivales internos -que tienen como máximo representante al ex presidente Felipe González- , apoyados por cierta prensa -entre la que destaca El País, periódico afín al Partido Socialista-, probablemente consistirá a partir de hoy en conseguir echarle de la secretaría general del partido.
En este sentido, no podemos perder de vista las elecciones autonómicas en Galicia y País Vasco, que se celebrarán el próximo 25 de septiembre. Si el PSOE obtiene un buen resultado, Pedro Sánchez saldrá fortalecido. Sin embargo, un fracaso en las urnas podría suponer la cabeza del líder socialista. No obstante, sus rivales internos todavía tendrían que conseguir que los militantes del PSOE apoyasen su propuesta en las primarias que celebraría el partido.
Tampoco podemos descartar una solución intermedia, que pasaría por un apoyo de Sánchez al Partido Popular -al menos en forma de abstención- pidiendo a cambio una serie de condiciones, y entre ellas, que el candidato a la presidencia no sea Rajoy. Es difícil, pero no imposible. Además, Sánchez conseguiría esquivar las críticas que lo señalarían como el responsable de la convocatoria de terceras elecciones y, además, sus votantes quedarían (medio) satisfechos. En ese caso, la pelota estaría de nuevo en el tejado de Rajoy, que si rechaza el ofrecimiento, tendría que justificar por qué no facilita la formación de Gobierno para evitar nuevos comicios.
Un paco entre PP y PNV después de las elecciones autonómicas
De nuevo, las elecciones autonómicas cobran importancia. Se podría dar la posibilidad de que el Partido Nacionalista Vasco (PNV) necesite sumar apoyos para conseguir formar Gobierno en el País Vasco. En este caso, ambas formaciones podrían intercambiar apoyos: el Partido Popular facilitaría la investidura del líder de los nacionalistas vascos en el parlamento autonómico y el PNV la de Rajoy en el Congreso.
Sin embargo, el líder popular todavía no tendría apoyos suficientes. Los cinco votos del PNV se sumarían a los 137 de su partido, los 32 de Ciudadanos y 1 de Coalición Canaria. Es decir, Rajoy necesitaría un voto a favor más en la primera votación o una abstención en la segunda.
Si esta situación se diera, las presiones sobre el PSOE para conseguir una abstención cobrarían más fuerza aún, y hay que tener en cuenta que entre los diputados socialistas hay uno, Pedro Quevedo, que procede de otro grupo, Nueva Canaria, que concurrió en coalición con los socialistas a las generales. Llegados a este punto, se convertiría en el diputado más importante de la Cámara.
Una alternativa de izquierdas
El líder de Unidos Podemos, Pablo Iglesias, ha manifestado en reiteradas ocasiones que si Rajoy fracasa en su investidura como presidente, el PSOE y su formación deberían plantearse una alternativa de izquierdas.
Aunque no hay que descartar esta posibilidad, es muy difícil de alcanzar. Por un lado, la relación entre ambos partidos no pasa por su mejor momento y, además, entre ambos sumarían 156 votos, lejos de los 176 que establece la mayoría absoluta del Congreso.
La solución pasaría por incluir a Ciudadanos o a los nacionalistas en el pacto, sin embargo ninguna de las opciones es muy viable. Unidos Podemos y Ciudadanos mantienen vetos cruzados entre si, y para el PSOE negociar con los nacionalistas sería traspasar una línea roja del partido, ya que implicaría negociar un referéndum de independencia en Cataluña.
¿Cómo se ha llegado a esta situación?
Mariano Rajoy es el cuarto aspirante a La Moncloa que ha tenido que someter su candidatura a una segunda vuelta (después de Leopoldo Calvo Sotelo en 1981 y José Luis Rodríguez Zapatero en 2008), y hoy se convierte en el segundo candidato que no consigue superar este tramite ni en primera ni en segunda vuelta. Solo Pedro Sánchez había fracasado previamente en las dos votaciones de investidura, celebradas el pasado mes de marzo.
España ha celebrado dos elecciones generales - el 20 de diciembre y el 26 de junio- que han derivado en dos procesos de investidura fallidos en menos de seis meses. Más allá de las diferentes lecturas ideológicas que se puedan hacer de esta investidura, lo que está claro es que la política española, en la que el PP y el PSOE se han ido alternando el Ejecutivo durante los últimos 34 años, no está acostumbrada a la fragmentación política en el Congreso.
Desde la irrupción de Podemos y Ciudadanos en el escenario político, y además no precisamente como fuerzas minoritarias, los colores de la Cámara Baja son muy variados, lo que obliga a que los grupos políticos tengan que alcanzar acuerdos y pactos, algo que hasta ahora nunca ha formado parte de la tradición política española.
María Jesús Vigo Pastur