Miles de personas han salido este domingo una vez más a las calles de las ciudades brasileñas para protestar contra el gobierno de Michel Temer y el 'impeachment' que desembocó en la destitución de la expresidenta Dilma Rousseff, informa el canal de televisión Globo.
En Sao Paulo, la manifestación se ha llevado a cabo pese a la prohibición por parte de la Secretaría de Estado de Seguridad Pública, que había asegurado que no permitiría la realización de la marcha debido al paso de la antorcha paralímpica por el centro de esa ciudad. La marcha fue pacífica durante casi toda la jornada, pero al final la Policía Militar tuvo que dispersar a los manifestantes con bombas de gas lacrimógeno.
También se produjeron importantes movilizaciones en ciudades como Río de Janeiro, Brasilia, entre otras. Desde el pasado 29 de agosto se han venido realizando las protestas en rechazo a la destitución de Rousseff.
La exmandataria fue destituida el pasado miércoles por el Senado en el marco de un juicio político y el cargo pasó a manos del que era su vicepresidente, Temer.
Los manifestantes exigieron la dimisión de Temer y la celebración de elecciones presidenciales anticipadas con las consignas de 'No al golpe de Estado' o 'Fuera Temer'. Asimismo, rechazaron las intenciones del nuevo gobierno de privatizar "todo lo que sea posible", incluso la estatal petrolera Petrobras.
Según los organizadores de las marchas, en Sao Paulo la convocatoria contó con la participación de más 50.000 personas y unos 2.000 en Río de Janeiro. Por su parte, el actual mandatario, que se encuentra en China participando en la cumbre del G-20, minimizó las protestas.
"Son grupos pequeños. Parece que son grupos mínimos. No tengo datos precisos, pero son 40, 50, 100 personas, no más. En el conjunto de los 204 millones de brasileños, creo que es una cantidad insignificante. Pero lo que realmente me preocupa es el hecho de que confunden el derecho a la libertad de reunión con el derecho al vandalismo", dijo el jefe de Estado.