La obra de la dibujante estadounidense Laurie Lipton podría considerarse, en su conjunto, un amargo grito de dolor. Sus dibujos, en su mayor parte de formato mediano y, generalmente, ejecutados a lápiz con un trazo obsesivo y finísimo, expresan casi siempre escenas perturbadoras, como fragmentos de pesadilla: calaveras y esqueletos, niñas vulnerables en medio de un amenazante mundo de adultos inconscientes y siniestros, la soledad expresada en sus más sórdidas formas, seres humanos putrefactos y disminuidos en un mundo de basura, máquinas y cámaras de vigilancia... Su obra es a la vez el llanto de una niña asustada y la mirada fría y crítica de una adulta perspicaz.
Su obra nace de una necesidad terapéutica temprana. A los cinco años sufrió el ataque sexual de un perturbado que se había escapado de un manicomio y quedó marcada para siempre. Como explica un artículo publicado en 'El Confidencial', "la única manera que encontró la pequeña para aliviar su angustia fue dibujando. Y lo que salía de su cabeza no eran precisamente escenas felices: hombres ahorcados, cuerpos mutilados o cadáveres con penes gigantescos que se transforman en serpientes".
Sin embargo, sus padres no se alarmaron ante aquello. Eran los años cincuenta y la psicología infantil era algo rayano en la ciencia ficción para una familia obrera estadounidense. Simplemente, "la animaron a seguir dibujando".
"Él me hizo artista", sentencia Laurie Lipton respecto a su agresor. "Sé que suena muy raro, pero le estoy agradecida. Sufrí, pero ahora estoy muy agradecida. Nunca sabes qué regalo puede venir del sufrimiento. Nunca lo sabes", subraya.
Un vistazo a la obra de Lipton basta para vislumbrar las raíces y las múltiples implicaciones de su trauma. Las imágenes que componen su obra reflejan no solo el dolor interno, sexual y emocional de la niña violada, sino el contexto histórico que lo enmarcó, el escenario social hipócrita y amenazante de la América de los años 50 en que aquello ocurrió. Sonrisas publicitarias y personas felices en medio de la mediocridad habitan un mundo marcado por la resaca de la Segunda Guerra Mundial, por el consumismo compulsivo y por la amenaza nuclear aún omnipresente. El resultado artístico: un horror hiperrealista y mil pesadillas dibujadas a lápiz.
Este lunes se estrenó en España el documental 'Love bite: Laurie Lipton', en el canal Movistar +, que recorre la vida y obra de esta artista que hasta ahora no había captado la atención de los circuitos artísticos principales.
David Romero