La nueva generación de misiles aire-aire rusos y chinos de largo alcance podrían poner en peligro elementos imprescindibles que permiten las operaciones aéreas de EE.UU., asegura Dave Mujamdar, especialista en temas militares, en un artículo para la revista 'The National Interest'.
Esos 'nodos activos' incluyen a las aeronaves de alerta temprana AWACS, varios aviones de inteligencia, vigilancia, aviones-cisterna de repostaje en vuelo y a los aviones de guerra electrónica, según el autor.
Aunque a menudo suelen ser desatendidos en favor de los avanzados sistemas de misiles antibuque y de superficie-aire rusos y chinos, los misiles aire-aire de gran alcance que portan los cazas de estos dos países podrían "atacar el 'talón de Aquiles'" de la Fuerza Aérea de EE.UU. en sus operaciones en Asia y Pacífico y en posibles teatros de operaciones en Europa, sugiere Mujamdar.
En particular, las Fuerzas Aéreas de Rusia y China podrían 'reunir' los misiles aire-aire de largo alcance con aviones como el interceptor ruso Mikoyán MiG-31, o en cazabombarderos de quinta generación como el Sukhói T-50 (PAK-FA) ruso o el Chengdu J-20 chino, en misiones de ataque contra aeronaves de alerta temprana y patrullaje estadounidenses ―AWACS y JTARS― y aviones cisterna como el Boeing KC-135 o el modelo KC-46 Pegasus.
En particular, el autor del artículo se refiere a tres programas de misiles de largo alcance tipo aire-aire: los rusos R-37M RVV-BD Vympel y KS-172 Novator (también conocido como K-100) y el chino PL-15.
El nuevo misil ruso aire-aire de largo alcance R-37M RVV-BD Vympel ya está en la etapa de capacidad operativa inicial y lo portan los interceptores MiG-31BM. Probablemente será también integrado a los cazabombarderos de Sukhói Su-35S Flanker-E y al T-50 PAK-FA.
El R-37M RVV-BD Vympel también es llamado AA-13 Arrow por la OTAN y se informa que puede interceptar objetivos a distancias de hasta 160 millas náuticas (casi 300 kilómetros), según Mijail Barabánov, citado por el Centro de Análisis de Estrategias y Tecnologías de Moscú.
El misil fue concebido en la URSS especialmente para derribar objetivos de primera importancia de la OTAN, como las aeronaves de alerta temprana E-3 Sentry AWACS, E-8 JSTARS y RC-135V/W Rivet Joint.
La amenaza del misil chino
El potencial peligro que representa el misil aire-aire chino PL-15 es de "muy alta prioridad" para la Fuerza Aérea de EE.UU., de acuerdo con expertos del colegio militar estadounidense de Carlisle, cuya opinión fue presentada durante un discurso en el Centro de Estudios Estratégicos e Internacional el año pasado.
"Con el PL-15 y el rango del misil, tenemos que ser capaces de 'despegarnos'", señaló el informe de Carlisle.
De hecho, el problema no es solo que el PL-15 estaría fuera del alcance de los misiles aire-aire estadounidenses AIM-120 AMRAAM. Una vez instalados en cazas chinos J-20, los aviones del país asiático podrían atacar a los aviones cisterna y de alerta temprana de EE.UU., y su capacidad sería uno de los factores clave durante cualquier campaña aérea sobre el Pacífico, sostiene Dave Mujamdar.
Un informe de 2008 de la Corporación RAND, un laboratorio de ideas que trabaja para el Ejército estadounidense, sostiene que a fin de apoyar las operaciones de los cazas furtivos F-22 Raptor sobre el cielo de Taiwán desde su base en Guam, la Fuerza Aérea de EE.UU. tendría que realizar tres o cuatro misiones de aviones cisterna por hora para entregar 2,6 millones de galones de combustible.
Según el mismo informe de RAND, basado en su simulación de posibles acciones bélicas, las versiones chinas de cazabombarderos rusos Su-27 Flanker, una vez armados con misiles aire-aire de gran alcance, podrían derribar todas las aeronaves de patrulla naval, de alerta temprana y aviones-cisterna de Estados Unidos en caso de un posible conflicto armado.