En Rusia han iniciado las pruebas de una bomba planeadora inteligente con capacidad de guiado por GLONASS (homólogo ruso del GPS) que permite impactar en objetivos desde una distancia de unos 30 kilómetros del avión que la lanza, informa TASS.
"Estimo que este año pueden terminar sus pruebas estatales. No tiene análogos en el mundo. La bomba no tiene motor. Su alcance, una vez lanzada desde el portador supera los 30 kilómetros. Se llama 'Drel'", informó Vladímir Porjachiov, director general de la empresa Bazalt, el principal diseñador y fabricante de proyectiles de artillería y bombas aéreas del país, con sede en la provincia de Moscú.
El artefacto mide 3,1 metros de largo por 0,45 metros de ancho y pesa poco más de media tonelada.
A diferencia de otras bombas de racimo, sus 15 ojivas cuentan con guiado individual y se separan de la bomba a una altitud de 250 metros.
La característica principal de esta arma es que permite al avión atacante no entrar en la zona de alcance de sistemas antiaéreos enemigos, y al mismo tiempo es capaz de destruir sus vehículos blindados, radares instalados en tierra y puestos de control de sistema antiaéreos con guiado térmico o por radar.
La bomba proporciona orientación a través del sistema de posicionamiento global ruso GLONASS y dispone de protección contra sistemas enemigos de guerra electrónica.