El presidente de la Generalitat de Cataluña, Carles Puigdemont, ha asegurado este lunes que el año que viene habrá culminado el proceso soberanista, ya sea con la convocatoria de un referéndum de autodeterminación o de unas "elecciones constituyentes" antes de septiembre de 2017.
"Si hay un referéndum, tiene que ser vinculante, que tenga los estándares aceptados por el mundo en participación y validación del resultado; debe superar todas las pruebas de estrés para ser reconocido por la comunidad internacional", ha afirmado en una entrevista a Catalunya Ràdio, en la que ha añadido que la consulta celebrada el 9 de noviembre de 2014 fue "un laboratorio".
Además, ha señalado que "los referéndums se ganan con más del 50%", pero si el Gobierno central aceptase negociar, la Generalitat estaría dispuesta a aceptar porcentajes de participación y de votos afirmativos para validarlo. Sin embargo, ha manifestado tener "pocas esperanzas" de que el Gobierno quiera negociar, aunque no ha cerrado esta vía.
Si no hay referéndum, habrá elecciones constituyentes
Si finalmente el referéndum no es considerado como la opción más "factible", Puigdemont ha advertido de que el plan soberanista seguirá vigente. "El tiempo es finito, la propuesta de acuerdo tiene una fecha. En julio de 2017 habremos acabado el trabajo que estamos haciendo y estará todo listo", ha añadido el jefe del Ejecutivo catalán, quien en esa fecha, si no hay referéndum, convocará nuevas elecciones para septiembre de 2017 con un carácter claramente constituyente: "Las fuerzas que se presenten tendrán muy claro que el Parlamento será para construir un nuevo Estado".
Puigdemont ha dejado claro que todos los pasos y modificaciones en la hoja de ruta soberanista se deben decidir conjuntamente con los 72 diputados independentistas, incluyendo a Junts del Sí (JxS) y la CUP.
Una "Diada" multitudinaria
Cientos de miles de personas participaron el domingo en las manifestaciones convocadas en cinco ciudades catalanas - Barcelona, Tarragona, Lleida, Salt y Berga - para mostrar su apoyo a la independencia de Cataluña.
Por quinto año consecutivo, las manifestaciones coinciden con el día de su fiesta regional, conocido como "la Diada", y han servido para demostrar que el sector soberanista catalán mantiene su capacidad de convocatoria a favor del llamado "proceso de desconexión" de España que propugna el Govern de la Generalitat.
Según cifras proporcionadas por la Guardia Urbana, en Barcelona hubo unos 540.000 asistentes. En total, según los diferentes recuentos, aproximadamente 800.000 personas asistieron a las diferentes manifestaciones, que han recorrido las calles bajo el lema "A punt" (A punto).
La Diada de este año se ha caracterizado por la gran afluencia de líderes políticos. Por primera vez, un president de la Generalitat ha participado en una manifestación por la independencia. Así, Carles Puigdemont ha asistido a la movilización de Salt, rompiendo la tradición de su predecesor, Artur Mas, que no asistió a las convocatorias mientras fue responsable del Ejecutivo.
El Día de Cataluña, o "Diada", conmemora la caída de Barcelona en manos de las tropas borbónicas durante la Guerra de Sucesión de España, el 11 de septiembre de 1714, tras catorce meses de asedio. Esta derrota conllevó la abolición de las instituciones catalanas.
María Jesús Vigo Pastur