La ofensiva en gran escala de los terroristas contra el Ejército de Siria parece dar por terminada la tregua en Siria, la cual había sido acordada por los cancilleres de Rusia y EE.UU. El fracaso del acuerdo se debe no solo a los terroristas, sino también a la posición del Pentágono, cuyos responsables están extremadamente insatisfechos con los esfuerzos del Departamento de Estado a la hora de hallar una solución de compromiso con Moscú.
El pasado lunes en el suroeste de la ciudad siria de Alepo, las milicias del Frente al Nusra iniciaban una ofensiva a gran escala contra las posiciones del Ejército sirio. Los rebeldes lanzaron ataques contra la Academia Militar Al Assad y zonas residenciales. Tras intensos combates, lograron expulsar a las tropas gubernamentales y a los destacamentos de la milicia popular del sur de Alepo, haciéndose así con el control temporal de la carretera de Castello.
Continúan los intensos combates en medio de una situación cambiante y ambas partes reportan cada hora que pasa nuevas bajas. La aviación rusa ha tenido que volver a intervenir para repeler los ataques terroristas. Ahora las fuerzas del Gobierno sirio están librando una feroz batalla defensiva para evitar la entrada de los radicales en el centro de Alepo.
Pocas horas antes de la ofensiva terrorista, las fuerzas armadas sirias anunciaron el fin del alto el fuego. "Se suponía que el alto el fuego proporcionaría una oportunidad real para poner fin al derramamiento de sangre, sin embargo los grupos terroristas no respetaron ninguno de los los puntos del acuerdo sobre un alto el fuego, el número de violaciónes [del acuerdo] por su parte ha superado los 300", anunció el mando militar sirio.
No obstante, diversos expertos políticos rusos estiman que la mayor culpa del nuevo aumento de las hostilidades no la tienen los diplomáticos estadounidenses o rusos, sino el Pentágono, cuyo generales demuestran una total falta de confianza en los acuerdos alcanzados.
A juicio del director científico del club internacional de politólogos Valdai y director de la revista 'Rusia en los asuntos globales', Fiodor Lukyánov, alcanzar un acuerdo sobre Siria está amenazado no por los rebeldes sirios, sino por los generales estadounidenses.
"Es extremadamente difícil acordar acciones conjuntas militares y políticas en condiciones de ausencia total de confianza. Por diversas razones, a menudo relacionadas con Siria y con asuntos anteriores (la Guerra Fría), entre los militares de Rusia y EE.UU no existe ninguna confianza. En este caso, un acuerdo diplomático solo podría funcionar si es muy detallado y tiene previsto un mecanismo de control para cada paso de su cumplimiento. Ello podría sustituir la falta de confianza", explica el experto citado por la revista digital rusa Vzgliad.
"Los esfuerzos que aplica la diplomacia estadounidense dirigida por John Kerry se han orientado hacia la elaboración de tal mecanismo. Lo militares estadounidenses, obviamente, tienen un punto de vista diferente. No están dispuestos a cumplir nada y confían absolutamente en sus colegas rusos", añade.