La computadora astronómica de Anticitera, compuesta por complejos engranajes diferenciales y capaz de pronosticar las posiciones de los cuerpos celestes, es uno de los mecanismos más antiguos descubiertos hasta la fecha. Recuperada en 1901 de entre los restos submarinos de un barco mercante naufragado entre el 70 y el 60 a.C. cerca de la isla griega del mismo nombre, se estima que este dispositivo analógico fue construido alrededor del 150-100 a.C. y supuso la herramienta más compleja de la cultura helena, pero su origen geógráfico continúa siendo un misterio.
Este 31 de agosto, unos buzos encontraron unos restos humanos entre los pecios de la misma nave. Ese esqueleto, que pertenecía a un joven de unos 20 años al que han denominado Pamphilos ('amigo de todos', en griego) a partir del nombre que aparecía en una copa de vino del lugar, servirán para identificar el lugar de procedencia del individuo y, por consiguiente, del mecanismo de Anticitera, informa la revista 'Nature'.
El barco naufragó mientras cubría una ruta desde Asia Menor hasta Roma y quedó a 55 metros de profundidad. En su momento, además del mecanismo de Anticitera, también se rescataron otros objetos de valor, desde joyas hasta estatuas, muebles y objetos de vidrio, pero la ubicación del pecio provocó la muerte de un buzo por el síndrome de descompresión y la parálisis de otros dos.