¿Buenos vecinos? Venezuela y Colombia reaniman el comercio binacional en la frontera

En la porosa costura que une a ambos territorios, los gobiernos hacen una apuesta cauta para la reactivación del comercio y empiezan a destrabar los flujos de migración. ¿Qué impactos tienen estas medidas en medio de la coyuntura económica de Venezuela y el proceso de paz en Colombia?

Los gobiernos de Venezuela y Colombia han empezado a normalizar la maltrecha relación comercial, que en 2015 vivió uno de sus peores momentos con el cierre de la frontera común.

Los pasos han sido cautos pero decisivos. El mes pasado, la primera señal fue la reapertura del tránsito peatonal. A mediados de septiembre se permitió el tránsito de vehículos de carga y este martes se inició el proceso de registro de ciudadanos que circulan en la zona fronteriza y que ahora contarán con una cédula especial para regular el flujo de personas en la porosa costura común de 2.119 kilometros.

Hace un año esas medidas eran impensables. Venezuela acusaba a Colombia de desestablizar la economía, promover el contrabando, tener leyes que facilitaban el fraude a la nación y ser un país laxo con las organizaciones criminales que operan en la zona fronteriza.

Del lado colombiano, Bogotá señaló a Caracas de darle un trato "denigrante" a los ciudadanos colombianos que fueron repatriados por estar en situación ilegal. Pero, ¿qué cambió para que ambos gobiernos le dieran una vuelta de tuerca a la relación?

Crisis binacional

La caída de los precios del petróleo ha golpeado duramente a la economía venezolana, dependiente casi exclusivamente de la exportación del hidrocarburo. La consecuencia más visible de esa realidad es el desabastecimiento: el país ha perdido capacidad adquisitiva para surtir los anaqueles con los bienes que regularmente importa.

Esa situación afecta directamente a los habitantes del norte de Colombia. Muchos de ellos, ha reconocido el gobierno de Juan Manuel Santos, cruzaban diariamente a Venezuela para suplir sus necesidades de transporte, alimentación y hasta de combustible porque el país vecino, al menos en la última década, siempre ha resultado más económico. El cierre fronterizo agudizó esa realidad.

Aunque a finales del año pasado el intercambio verbal entre ambos gobiernos fue cáustico, la retórica bajó decibeles cuando se deprimió la dinámica en la zona fronteriza y evidenció la necesidad de sanear el área limítrofe. Miraflores y Nariño establecieron una estrategia de "normalización" que, aunque tímidos, empieza a dar sus primeros frutos.

"Después de un año de haber sido cerrado el paso por los puentes fronterizos, como consecuencia  de la acción violenta del paramilitarismo colombiano contra el pueblo y la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, se tuvieron que tomar medidas que permitieran la transformación  inmediata de esta frontera", recordó este martes el ministro venezolano para la frontera, Gerardo Izquierdo Torres, citado por el diario Panorama.

Mejor abastecimiento

Según un informe presentado por la Gobernación del estado Táchira (Venezuela), la reapertura gradual de la frontera ha permitido mejorar el abastecimiento de rubros de higiene personal y disminuir el costo de las carnes, los lácteos y los cereales.

A mediano plazo, el plan de regularización de la frontera apunta a garantizar el abastecimiento a escala nacional con la importación de productos provenientes de Colombia; darle mayor dinamismo a las exportaciones no petroleras de Venezuela; estabilizar los precios de los principales rubros de consumo y erradicar los mecanismos de distorsión económica que durante años se han practicado en la frontera colombo-venezolana, como el contrabando de extracción de alimentos y combustible.

En el estado Táchira se han habilitado galpones para la venta de productos de primera necesidad, traídos de Colombia, que se expenden a precios por debajo del mercado especulativo dominado por los "bachaqueros", de acuerdo al informe presentado por la gobernación.

El flujo comercial aún es tímido si se compara con el intercambio que caracterizó a ambos países antes de 2010, cuando alcanzó los 8.000 millones de dólares, según datos de la Cámara Venezolana Colombiana (Cavecol). En 2015, la cifra ni siquiera superó los 1.000 millones. Pero es una señal positiva.

Operadores cambiarios

Uno de los puntos más duros de la negociación entre ambos gobiernos tiene que ver con el tema cambiario. Este martes, los operadores de la zona se reunieron para discutir un nuevo convenio que permita robustecer las monedas locales, en vista de que el esquema vigente es completamente lesivo al bolívar.

Según el convenio cambiario vigente en Colombia, aunque el Banco de la República fije una tasa de 317 pesos por cada bolívar, los operadores de la frontera hacen el cambio a 2,7 pesos, es decir, los venezolanos canjean sus divisas y reciben menos del 1% de lo que corresponde a la cotización oficial.

Este martes, Jorge Forero –representante de la gobernación del Táchira-, aseguró que en la mesa de diálogo para el tema cambiario se ha propuesto que los operadores "puedan trabajar con circulante o signo monetario colombiano, que es una de las bondades y alcances de la Zona Económica Especial (diseñada en esa entidad fronteriza)".

"Los gobiernos nacionales tanto de Colombia como de Venezuela están avanzando en una agenda para construir un nuevo marco de relaciones hacia una nueva frontera de paz, de unificación, de complementariedad y uno de los temas más álgidos ha sido el cambiario", explicó Forero, citado en una nota de prensa de la Gobernación.

Energía

Venezuela tiene la gasolina más barata del mundo. Esa realidad hace que el país sea apetecible para los contrabandistas. Antes de la crisis en la frontera, el Ministerio de Energía y Petróleo estimaba que alrededor de 30% del combustible producido en el país se desviaba hacia Colombia.

En agosto pasado, el presidente Nicolás Maduro dijo que habían "respuestas positivas" sobre el nuevo esquema de distribución de gasolina al vecino país. Un litro de combustible en Venezuela cuesta entre 1 y 6 bolívares, pero en el lado colombiano el costo se incrementa a 600 bolívares por la misma cantidad de carburante.

La semana pasada, en el estado Táchira empezó a cobrarse un nuevo precio para la gasolina en las estaciones de servicio especiales y el aumento se fijó de acuerdo al mecanismo de pago: más barato si se cancela con tarjeta de débito y más caro si se hace en efectivo. El precio oscila entre 186 y 290 bolívares, detalla El Mundo. El monto es altamente competitivo con respecto a las estaciones de servicio en Colombia, y le permite a Venezuela hacer menos lucrativo el contrabando de extracción.

De igual forma, este martes se aprobó un convenio que permitirá la venta de gas desde Venezuela hasta Colombia. El contrato, detalló la estatal mediante un comunicado de prensa, contempla la exportacion de 50 millones de pies cúbicos al día a partir del 1 de diciembre de este año.

Venezuela dejó de importar gas desde Colombia en 2015. Esta es la primera vez que el país podrá vender gas natural a través de tuberías, ubicadas en la zona petrolera del Lago de Maracaibo, limítrofe con la Guajira colombiana, precisa el comunicado de Pdvsa.

La agenda de cooperación que hace un año parecía inviable es hoy una realidad que ambos gobiernos llevan con celo, mientras -por el lado colombiano- está el plebiscito de la paz en ciernes y Venezuela toma medidas para resistir el embate de lo que ha denominado la "guerra económica".

Nazareth Balbás