Presidente de SOS Racismo de España a RT: "La Policía es racista porque la sociedad entera lo es"

Moha Gerehou es periodista y presidente de SOS Racismo Madrid. Le entrevistamos tras las amenazas de muerte que ha recibido a través de las redes sociales y hablamos con él del racismo que existe en España.

Nació en Huesca y es hijo de dos inmigrantes gambianos que llegaron a España en la década de los 80. En aquella época había muy pocos negros en Huesca, y Moha recuerda, sonriente, que había españoles que nunca habían visto a un negro fuera de la tele o la pantalla de cine. "En algunos casos nos pedían que les dejáramos tocarnos. Y en la escuela igual, los niños estaban asombrados. Teníamos todos tres años y los otros niños se me acercaban con curiosidad, diciendo que si era de chocolate y cosas así". Desde entonces ha tenido que acostumbrarse a lidiar con los condicionantes de ser negro en una sociedad mayoritariamente blanca, y con importantes problemas de discriminación que han suscitado en él una consciencia social particular y activa. Hoy Moha Gerehou es redactor de 'eldiario.es' y presidente de SOS Racismo Madrid. En este momento su nombre está en la mayoría de los medios de comunicación de España por haber sido víctima de amenazas de muerte en Twitter.

RT: ¿Cuándo y en qué circunstancias comenzaste el activismo?

MG: Ibamos andando por el campus una amigo y yo. Mi amigo era español, pero era moreno y tenía algunos rasgos que le hacían parecer sudamericano no parecía del todo blanco. Y de repente notamos que un coche que pasaba junto a nosotros redujo la velocidad. Unos metros más adelante se paró, y se bajaron unos hombres que se identificaron como policías. Me preguntaron que si llevaba droga y les dije que no. Nos miraron mucho, nos preguntaron donde íbamos y se fueron sin más. Entonces me di cuenta de que no me habían cacheado ni nada, así que no venían realmente por un asunto de drogas. Simplemente les parecí sospechoso por el color de mi piel. Ahí entendí la necesidad del activismo, entendí que me tenía que implicar para que estas cosas dejen de pasar. 

RT: ¿Y dentro de la Universidad, hay racismo también?

MG: En todas partes. Uno podría suponer que al tratarse de un entorno de gente con mucha formación, la que se le supone al nivel universitario, no debería haber racismo pero claro que hay. Yo recuerdo el caso de un compañero mío que se fue de Erasmus a Bélgica, y allí compartió piso con una chica negra. Nos explicaba que después de ducharse, quedaba un rastro negro en la bañera…y que él no sabía si era por el tinte del pelo de la chica o si era porque se le "desteñía" la piel! Y ese chico ahora es un titulado universitario.

RT: ¿Y en el entorno laboral, has sufrido discriminación racista? 

MG: Yo, particularmente, no creo haber sido discriminado por ese motivo nunca. Pero si veo una cosa que me llama la atención: suelo ser el único negro de mi oficina. No veo más. Y luego, en otros entornos laborales donde se requiere mucha menos calificación profesional, ya veo muchos más negros. Eso me indica que las personas negras aún tienen dificultades para acceder al mercado laboral en puestos de trabajo cualificados. 

RT: Parece que en otros países de nuestro entorno, aunque sea en grandes capitales como París o Londres, la situación es distinta: hay más negros ocupando puestos de trabajo que requieren calificación, incluso puestos de poder. ¿Por qué no ocurre lo mismo en España? 

MG: Los dos casos que has mencionado tienen una particularidad. tanto Francia como Inglaterra han sido países con colonias con población negra hace varias generaciones. Eso a incrementado el flujo migratorio y muchas familias negras están instaladas en esos países desde hace tiempo. España en cambio ha tenido colonias mayoritariamente sudamericanas, con menor población negra. 

De todas formas, el caso de Francia también revela defectos muy importantes. Todos los conflictos en las 'banlieues', en los barrios marginales, pusieron de manifiesto un fracaso nacional. Francia no ha implementado correctamente sus políticas de integración, y eso ha derivado en la formación de comunidades cerradas, aisladas… musulmanes, subsaharianos, judíos…que viven en barrios que prácticamente son guetos. 

RT: Cuando alguien en los medios de comunicación hace un comentario racista, como la presentadora Inés Ballester hace algunas semanas o más recientemente Paz Padilla te lo sueles tomar con humor, pero ¿hay una realidad preocupante en ello? 

MG: Claro, porque son personas que, al aparecer en medios de comunicación, tiene una responsabilidad social, y debería exigírsele. 

Es el caso de otro colectivo, el de los futbolistas. Muchos de ellos son negros, pero casi ninguno hace absolutamente nada por combatir el racismo. Todos recordamos el caso emblemático de un gran deportista, Mohammed Alí, que supo plantar cara al establishment racista de los Estados Unidos desde su posición, aprovechando su fama y su posición social para ello. Pero eso en España no ocurre.

Recuerdo el incidente de Dani Alves, cuando le tiraron un plátano desde la grada. [Alves estaba a punto de lanzar un córner, y se comió parte del plátano antes de hacerlo. Poco después, su compañero de equipo, Neymar, subió una foto a las redes sociales sosteniendo un plátano, iniciando una verdadera campaña viral contra el racismo, popularizada bajo el lema/hashtag#Somostodosmacacos] El gesto que hizo fue muy importante, y la campaña posterior tuvo tanta repercusión que inundó los medios de comunicación durante días. Si un gesto tan pequeño (porque…¿cuánto tiempo cuesta hacerse una foto con un plátano?) es capaz de movilizar tanto, es una pena que no se aproveche mucho más esa proyección para combatir el racismo. 

RT: ¿En qué métodos confías más para combatir el racismo y favorecer la integración de las personas: el poder ejercido desde las instituciones, el activismo, la educación? 

MG: No puede ser sólo una cosa. Tiene que ser un esfuerzo conjunto de la sociedad. Desde las instituciones, por supuesto, tiene que haber compromiso. Desde SOS Racismo luchamos desde hace tiempo por la implantación de la Ley Integral contra los Delitos de Odio y Discriminación, que además ya está hecha: sólo hay que sacarla del cajón y ponerla en vigor. Por otro lado, el activismo sirve para visibilidad y denunciar los fallos del sistema, los errores que hay que corregir, para guiar las acciones que aún son necesarias.

Y la educación es también fundamental, claro: hay que tomar consciencia de que los niños extranjeros necesitan una adaptación especial. Muchas veces los padres se quejan de que en los colegios públicos con una alta tasa de alumnos inmigrantes se obtienen notas más bajas…pero eso es porque no se están atendiendo las necesidades de integración de esos niños, sus dificultades con el idioma, y no se hace lo suficiente para ayudarles y que puedan partir desde una posición de igualdad con el resto de los compañeros. Tienen que existir esos mecanismos de integración, y hoy por hoy no son suficientes. 

RT: ¿Esperabas una respuesta así de violenta?

MG: Si te soy sincero, no. En absoluto. Además me ha sorprendido el tipo de reacción que ha habido. Porque se me ha malinterpretado directamente: me dicen que acuso a la legión de ser racista… cuando yo no hablo de racismo en ningún momento, sólo doy mi opinión sobre unas personas que están reivindicando poner el nombre de un franquista en el espacio público. Y la mayor parte de las respuestas que recibo tratan de rebatirme hablando de racismo, que en este caso no tiene nada que ver. Por lo tanto no se está combatiendo la idea que yo expongo, lo cual sería respetable, porque se iniciaría un debate de ideas pero no es eso lo que ha ocurrido: mayoritariamente me han respondido centrándose en que soy negro y nada más. 

Hace poco, el diario británico The Guardian hizo un estudio muy interesante de los comentarios de que sus propios lectores dejaban en la web, debajo de cada artículo. Se demostró que los comentarios más agresivos estaban bajo los artículos escritos por mujeres y por redactores negros y que se les insultaba por ser mujer o por ser negro, más que por el contenido del propio artículo. 

En este caso de los ataques que he recibido en Twitter, me ha pasado algo muy parecido. 

RT: ¿Crees que son amenazas preocupantes, que se trata de individuos realmente peligrosos o más bien son gente que intenta llamar la atención, o 'trolls'?

MG: Bueno, aunque sean amenazas de muerte muy explícitas, con esas imágenes y tal no son estos mensajes los que más me preocupan. Hay otros que me preocupan mucho más. Se trata de otras personas en Twitter, perfiles de personas, entre comillas, "normales", con su foto real, su nombre y sus apellidos, que me dicen abiertamente cosas como "si me encuentro un día contigo, te voy a partir la cara". Eso si me asusta, porque son personas que se muestran tal como son y creo que están diciendo la verdad y que les importa tan poco las consecuencias que lo dicen sin ocultar la identidad real ni nada. En cambio, las amenazas de muerte que he recibido últimamente ésas las hacen desde perfiles anónimos, y en realidad son más bien 'trolls'.

RT: Tengo entendido que la policía se puso en contacto contigo para tratar de ayudarte…

MG: Sí, tras enviarle el 'tuit' en el que recopilo las amenazas que recibí, me contestaron indicando que estaban investigando los perfiles de Twitter y tal y luego me llamaron por telefono. Entonces me dijeron que si quería denunciar. Yo, a modo de protesta, les dije que no. A modo de protesta porque yo ya tengo otra denuncia puesta por una vez anterior en la que también recibí insultos, y todavía no se ha hecho nada al respecto. Entonces todo esto empezó a salir en un montón de medios de comunicación, empezó a tener mucha repercusión y la policía volvió a llamarme para indicarme que actuaran de oficio, es decir, que aunque yo me negara a denunciar, ellos lo iban a investigar. Lo que teme la policía es quedar como que ellos no hacen nada. Por eso se han implicado una vez que el asunto ha cobrado repercusión mediática. 

RT: Siendo realista, ¿Que crees que va a pasar?

MG: Pues creo que realmente no va a pasar nada. Pero mi intención es que haya una condena lo suficientemente fuerte como para enviar un mensaje claro, para que se sepa que el racismo no sale gratis, que las fuerzas policiales y las autoridades están comprometidas en defender a las personas que sufren racismo y en perseguir y castigar los delitos de odio. 

Por otra parte, si ocurriera que el proceso se demora durante años, y que al final tienen que pagar 60 euros de multa se estarán mandando un mensaje nefasto y muy peligroso, el de que "no pasa nada si eres racista y ofendes a otras personas públicamente, puedes decir cualquier cosa y cometer cualquier exceso en este sentido, porque no te va a pasar nada". 

RT: En uno de tus artículos escribes que la policía trata el racismo como si fuera un conflicto vecinal. Supongo que te refieres precisamente a esto.

MG: Claro. Se intenta arreglar el conflicto con una especie de conciliación, con advertencias, como cuando un vecino pone la básica muy alta y se proclama que hay que respetar los horarios y esto es muy distinto. Los delitos de odio son una realidad mucho más grave y peligrosa. 

Además, en el peor de los casos, uno se puede cambiar de casa si lo está pasando muy mal por un conflicto vecinal, pero yo no puedo cambiar mi color de piel. Aunque algunas veces haya alguien que me dice la tontería esa de que "Michael Jackson sí se cambió de color de piel".

RT: En el informe publicado este año por SOS racismo, el número de insultos y agresiones racistas denunciadas entre ciudadanos es asombrosamente parecido al de abusos cometidos por las fuerzas de seguridad. ¿La policía en España es racista? 

MG: Pues si, la policía es racista, pero no más que el resto de la sociedad. Es decir, la policía es racista porque toda la sociedad lo es. No porque sea un cuerpo de seguridad especialmente racista. 

Hay una realidad oculta: por ejemplo, muchas personas blancas me han dicho que no sabían lo que era una redada racista hasta que han empezado a salir en pareja por una persona negra. Luego me decía, "es que la policía te para a cada momento, te miran con suspicacia en todas partes", es decir, que hay una realidad que no se conoce hasta que no la vives de cerca.

Y luego está el problema de las cifras. las cifras que mencionas, las que sacamos en el Informe, no se corresponden con la realidad. Hay un montón de agresiones racistas que no se registran como tal, porque es muy difícil demostrar que el motivo de una agresión es el racismo. Como no te estén gritando "puto negro” mientras te oigan una paliza, parece que no cuenta como agresión racista, como delito de odio. Actualmente, cuando uno denuncia una agresión racista, es la víctima  quien tiene el deber de demostrar que ha sido una agresión por motivos racistas cuando en realidad tendría que ser el agresor quien tuviera que probar que no ha sido racista. Eso tiene que cambiar. 

RT: Una de las quejas que aparecen en el comunicado elaborado por SOS Racismo Madrid tras las amenazas de muerte que has recibido, se debe a la "ausencia de mecanismos efectivos de denuncia" a qué se refiere exactamente esta reivindicación? 

MG: Sí, es ahora una de nuestras reivindicaciones más importantes. Tiene que haber una información clara al respecto, hay que informar a las personas que sufren racismo de lo que tienen que hacer; esos mecanismos tienen conocidos por las potenciales víctimas y por la sociedad en general, y tienen que generar confianza. No vale por ejemplo que se denuncie una cosa y que tarden 6 meses o un año en juzgarse los hechos, y que mientras tanto la víctima esté desprotegida. Es como algunos casos de violencia doméstica o de género: se ponen denuncias y en el tiempo que tarda el proceso, por ejemplo a los tres meses, la víctima sufre otro ataque y acaba muerta. Han tenido que ocurrir muchas desgracias de este tipo para que se articulara un procedimiento adecuado. Es lo que hace falta ahora con los casos de racismo: no hay mecanismos de prevención, ni de protección de las víctimas, y no hay suficiente información sobre cómo denunciar estos actos. Es importante que las autoridades y las instituciones se impliquen para solucionar esta carencia del sistema. 

RT: Por último, ¿Qué recomiendas a alguien que esté siendo objeto de acoso racista actualmente? 

MG: Una víctima de racismo tiene que visibilizar su caso, hacerlo saber, denunciarlo, hacer que llegue a las instituciones para que sepan que es un problema real que existe en la sociedad española y que hay que combatir. 

Entrevista de David Romero