Dos hombres que pescaban en un bote inflable cerca de Vladivostok (Primorie, Lejano Oriente de Rusia) se sorprendieron cuando vieron aparecer el crucero de misiles submarino Alexandr Nevski a pocos metros del lugar en el que se encontraban.
El video, grabado por uno de los pescadores, capta la mezcla de alegría y miedo por la visión, debido a que ninguno de los ocupantes de la embarcación puede pronunciar una palabra decente, sino que se limitan a reír, gritar y soltar malas palabras mientras el gigante atómico de 170 metros de longitud se aleja.
"Me tiemblan las manos", confiesa el autor entre risas, tras lo cual propone a sus compañeros emborracharse para superar la conmoción.