Con qué se enfrentó la Unión Soviética al ver la cara oculta de la Luna
Aunque los astrónomos han observado la Luna durante muchos siglos, el satélite de la Tierra mantuvo durante largo tiempo un secreto: nadie sabía lo que ocultaba su lado oscuro. El 7 de octubre de 1959 la sonda automática soviética Luna 3 transmitió a la Tierra la primera foto de ese hemisferio no observable desde nuestra posición. Rudolf Bakitko, empleado de la empresa Sistemas Espaciales de Rusia, participó en el desarrollo de los sistemas de a bordo de la sonda en 1959 y contó en una entrevista concedida al portal ruso Lenta la increíble historia de ese proyecto.
Un equipo joven
"Éramos, mayoritariamente, muy jóvenes, acabábamos de graduarnos en la universidad. No había microesquemas ni procesadores de datos, nada de eso existía en aquel entonces. La compañía instaló unas camas en un laboratorio especial. Íbamos al trabajado el lunes por la mañana y salíamos el sábado por la noche. Trabajamos así dos o tres meses", contó Rudolf Bakitko.
La principal complicación
"No existía un transmisor de a bordo con suficiente potencia para garantizar una recepción estable de señal brindada por la sonda en la Tierra. Incluso hicimos un 'documento' de broma que estipulaba que "la distancia entre la Tierra y la Luna no era de 384.000 kilómetros sino de 184.000 kilómetros, ya que era mucho más conveniente. Al final, logramos crearlo. Fue el primer transmisor del mundo para las comunicaciones con el espacio", contó el empleado de Sistemas Espaciales de Rusia.
La estación en la Tierra
"Se trataba de una estación nueva, que se encontraba en la península de Crimea, en una pequeña casa de madera con dos antenas al lado en medio del monte. La antena de recepción era un trofeo de guerra traído desde Alemania, y la de transmisión fue hecha en la URSS", afirmó Bakitko.
El proceso de transmisión y recepción de la imagen
"La cámara fotográfica de a bordo de la sonda ―agregó― funcionaba con películas, ya que en aquel entonces no existían otras tecnologías. La cámara tomaba una foto y se revelaba la película a bordo de la estación, lo que demandaba mucho tiempo. Luego, una célula eléctrica descifraba la imagen: un 'rayo' recogía los puntos blancos y negros, y todo se convertía en señales eléctricas. Y así la imagen se transmitía a la Tierra. En la Tierra, funcionaba de la misma manera, un 'rayo' pintaba sobre un papel: donde había puntos negros, ponía negro, y donde había puntos blancos, ponía blanco".
Como en una película de acción
"Tuvimos que pedir una película especial perforada. Llevó mucho tiempo para fabricarla. Luego la mandaron urgentemente a la ciudad de Simferópol, y de allí en un helicóptero a nuestra pequeña estación en el monte. Como no había helipuerto, tuvieron que bajar la película con una soga. Todo parecía una película de acción. Además, justo en aquel momento el baño de madera de nuestra estación se incendió. ¡Solo imagínense esa escena!", contó el protagonista de este momento histórico.
El momento X
"La sonda Luna 3 voló alrededor de la Luna, tomó la foto y se dirigió hacia la Tierra. Prendimos los transmisores de abordo y empezamos a recibir la señal. Todo estaba bajo control, pero nuestro equipo estaba muy nervioso. Todo el mundo corría, no había suficiente espacio en nuestra pequeña estación, ni siquiera para el mismo Serguéi Korolióv, principal diseñador de nuestro programa espacial", recuerda.
El destino de la sonda Luna 3
"Según todos los cálculos, la sonda debía dar una vuelta alrededor de la Tierra y salir por el lado opuesto a nuestro radio de visibilidad. Pero nunca lo hizo", concluyó Bakitko.