La administración del presidente estadounidense, Barack Obama, trató de ocultar el papel de Hillary Clinton en el suministro secreto de armas a los rebeldes libios en el 2011, a fin de no poner en peligro sus posibilidades de aspirar a la presidencia este año, afirma el exsuministrador de armas estadounidenses a Libia.
El vendedor de armas Marc Turi ha concedido a Fox News su primera entrevista televisiva desde que se retiraron los cargos criminales contra él por la acusación de exportar armas contraviniendo las leyes de EE.UU. Turi asegura que el Gobierno de Obama —con la cooperación del Departamento de Estado de Hillary Clinton— intentó y no pudo convertirlo en el chivo expiatorio por el programa encubierto del 2011 para armar a los rebeldes libios, que se salió de control.
"Me desacreditaron, me usaron como chivo expiatorio"
"Podría decir al 100% que me desacreditaron, me usaron como chivo expiatorio, hicieron todo lo necesario para proteger a su futura candidata presidencial", denuncia el traficante de armas estadounidense, que ha estado en el epicentro de la investigación federal fallida dirigida por el Departamento de Justicia, que duró cinco años y le costó al Gobierno unos 10 millones de dólares o más, según estimaciones de Turi.
Turi sostiene que el Departamento de Justicia ha archivado el caso para evitar la divulgación pública del programa de armas, que fue diseñado para forzar la expulsión del exlíder libio Muammar Gaddafi durante la 'primavera árabe' del 2011, porque, de ser revelado, este programa "habría abierto una lata de gusanos", sobre todo en pleno año electoral.
Turi afirma que él fue un "blanco para el Gobierno de Obama" y "ha perdido todo": su familia, sus amigos, su negocio, su reputación.
Un plan que se salió de control
- Según Fox News, en el 2011, el gobierno de Obama con el apoyo de algunos legisladores republicanos y demócratas exploró opciones para armar a los llamados 'rebeldes libios' durante la 'primavera árabe', pero la ONU prohibió las ventas directas.
- El plan de Turi era suministrar las armas convencionales de EE.UU. a Catar y EAU, que luego las suministrarían a Libia. Sin embargo, Turi dice que nunca llegó a vender ninguna arma, y que fue el Departamento de Estado de Clinton el que garantizó las ventas de armas que fluían a Libia y que también acabaron en Siria.
En el 2011, Turi intercambió correos electrónicos sobre el plan de la venta de armas con el entonces enviado de EE.UU. para la oposición libia, Christopher Stevens, que un año después murió en el ataque al Consulado de EE.UU. en Bengasi. El 8 de abril de 2011, un día después de este intercambio, Hillary Clinton escribió al ayudante Jake Sullivan que "la idea de utilizar expertos de seguridad privados para armar a la oposición debe ser considerada", recoge Fox.
Turi cree que los correos electrónicos enviados sobre los programas de armas fueron eliminados por Hillary Clinton y su equipo.
Además, indica que el suministro de armas se salió de control, y una parte de ellas cayeron en manos de los militantes extremistas.
Al ser preguntado sobre quién recibió las armas —Al Qaeda, Ansar al-Sharia, o el Estado Islámico— Turi contestó: "todos ellos, todos ellos, todos ellos".