Human Rights Watch (HRW) ha acusado a la coalición liderada por Arabia Saudita de crímenes de guerra a raíz del ataque aéreo contra un funeral en Yemen que el 8 de octubre dejó al menos 110 muertos y más de 600 heridos, informa la página web oficial de la ONG. El organismo también ha arremetido contra EE.UU. y el Reino Unido por suministrar armas a los sauditas.
El pasado sábado al menos dos bombas lanzadas desde el aire penetraron en el techo de una sala donde se encontraban más de 1.000 personas que habían acudido al funeral del padre de Jalal al Roweishan, ministro del Interior yemení.
"El ataque aéreo de la coalición liderada por Arabia Saudita en un concurrido funeral en la capital de Yemen, Saná, el 8 de octubre de 2016 es un crimen de guerra evidente", ha afirmado HRW, que califica el ataque de "legalmente desproporcionado".
Después de entrevistar a los sobrevivientes de la tragedia y de examinar la información relacionada con el bombardeo, HRW concluyó que se trató de una acción deliberada de Arabia Saudita, principalmente porque el lugar y la hora de la ceremonia fúnebre se habían hecho públicos con antelación a través de un mensaje de Facebook.
HRW reconoce que la ceremonia contaba con la presencia de algunos militares, entre ellos rebeldes hutíes. Sin embargo, la ONG asegura que la "presencia evidente" de cientos de civiles es suficiente para considerar que el ataque fue un crimen de guerra.