El periodista británico Martin Jay afirma en un artículo de opinión para RT que el número de noticias falsas en los medios occidentales aumenta cada día: es más barato producirlas y a menudo son más creíbles.
Como apunta el periodista, muchos se han cuestionado en los últimos días la falta de objetividad de la CNN en su trato a Donald Trump en el debate presidencial. Sin embargo, pocos estadounidenses vieron problema en que la CNN fuera "el mediador imparcial" de los debates. Según Jay, la CNN "nunca deja que la verdad se ponga en el camino de una buena historia".
Para confirmar sus palabras, el reportero cita un incidente que ocurrió mientras estaba colaborando con la CNN en Marruecos en 2011. Según Jay, la periodista, que estaba preparando un reportaje sobre la Primavera Árabe en Marruecos, le pidió que "maquillara la noticia" sobre una demostración pacífica, afirmando que muchos periodistas reconocidos "maquillan sus historias cuando hacen reportajes sobre asuntos internacionales".
"Es retorcido en el mejor de los casos"
Asimismo, el periodista británico apunta que hay que tener en cuenta que la gran mayoría de lo que se lee en las redes sociales, que han sustituido a los medios tradicionales, "es retorcido en el mejor de los casos y completamente falso en el peor". A su juicio, también los medios tradicionales han incurrido en "el periodismo incoherente". En el caso de varios de los medios principales de EE.UU. su "relación enfermiza" con el Partido Demócrata EE.UU. tiene la culpa de que ellos "se inventen las noticias" en todo el mundo.
El periodista insiste también en que algunos países "pueden retirar" los reportajes de los medios occidentales que exponen "terribles violaciones de derechos humanos" en dichos países. Este es el caso de la reportera Amber Lyon, cuyo documental sobre Baréin nunca fue emitido en CNN International, porque, según afirmó la periodista, "la cadena es financiada habitualmente por el Gobierno de Estados Unidos y los gobiernos extranjeros para informar de manera selectiva sobre ciertos eventos".
Además, el periodista recuerda que el Pentágono pagó más de 500 millones de dólares a una empresa británica por hacer videos falsos sobre Al Qaeda y encargaba de forma secreta la realización de materiales propagandísticos