La venta de bonos del Tesoro de EE.UU. se aceleró en los últimos meses, hasta ubicarlos en un total de 2.805 billones de dólares, el nuevo mínimo desde 2012. La caída constante marca que, hace un mes, el retroceso de los bonos llegó a un total de 343.000 millones, aunque de acuerdo con la última revisión, el desmembramiento de los papeles estadounidenses continuó hasta ubicarse en 364.400 millones, más de un tercio de los vendidos en los últimos 12 meses, detalló el sitio 24/7 Wall St.
En este panorama, los mayores vendedores, a un ritmo "preocupante", fueron China y Arabia Saudita. En una continuidad de su política monetaria, Pekín se deshizo en julio último de 34.000 millones de dólares en bonos, la mayor desde 2012, reteniendo un total de 1.185 billones, también el menor desde 2012. De esta manera, intenta hacer frente a la devaluación de su moneda.
Por su parte, Arabia Saudita redujo sus activos declarados de 96.500 millones a 93.000 millones de dólares en agosto, la cifra más baja desde el verano de 2014. Riad buscó obtener fondos para compensar la caída del precio del petróleo y para respaldar el déficit presupuestario, explica el portal.
En todos estos casos, el principal comprador es el sector privado, por lo que el portal explica que, si además del desprendimiento de bonos de las instituciones oficiales extranjeras los particulares dejaran de comprar, el resultado debería ser un aumento de la monetización de la deuda de EE.UU. por parte de la Reserva Federal.