Desde 2010, la gigante tecnológica Apple ha presentado 300 solicitudes de registro de marca en Jamaica, mientras que otros destinos de sus gestores han sido el Tonga y Trinidad y Tobago. Por su parte, Google y Microsoft han tomado decisiones similares.
Entre los productos que han quedado inscritos en el registro de marcas de esos países figuran Apple Music, Siri, Google Chromecast, YouTube Red y Facetime.
¿Por qué estas grandes multinacionales acuden a estas naciones? La respuesta es simple: preservar su competitividad.
El difícil acceso a los registros
La clave de esta compleja maniobra es que la nueva marca —y, con ella, su descripción y prototipos— quedan ocultos, al menos, durante seis meses, con lo cual las firmas rivales no pueden averiguar de qué tratan esos próximos productos.
Estas empresas se amparan en el Protocolo de Madrid, firmado en 1996 y administrado por la Organización Mundial de la Propiedad Intelectual (OMPI) —un colectivo integrado por 90 países con sede en Ginebra (Suiza) que establece un registro internacional de marcas—, que permite que compañías como Apple o Google, con sede en Estados Unidos, puedan registrar nuevos artículos en otro país que no tenga una base de datos de marcas pública.
Con esta maniobra, "las empresas cuyos lanzamientos de productos son muy analizados por sus competidores y los medios de comunicación" pueden mantener "su solicitud de registro de marca fuera del radar público durante más tiempo" y controlar mejor "el momento de su divulgación", según explica el director ejecutivo de la empresa de 'software' AT Legal, Nehal Madhani.
El descubrimiento y el futuro
Uno de los primeros en dar a conocer esta metodología fue Roberto Ledesma, abogado y miembro del comité de la Asociación Internacional de Marcas (INTA, por sus siglas en inglés), quien descubrió que las Google Glass estaban registradas en Tonga.
No obstante, no se trata de un acto ilegal, debido a que está avalado tanto por el Protocolo de Madrid como por la sección 44(d) de la Ley de Marcas de EE.UU. (Ley Lanham) y la Oficina de Patentes y Marcas estadounidense (USPTO).
Madhani sostiene que todos los países que carecen de un registro digital público avanzan de manera progresiva en ese sentido y realizan "una inversión sustancial" de "recursos y tiempo" para que sus oficinas gubernamentales ofrezcan en Internet "los datos de propiedad intelectual que se han generado durante décadas", aunque "resulta probable" que el proceso les tome "varios años".
Santiago Mayor