Las cinco nuevas costumbres de los venezolanos frente a la guerra económica
Ninguna cartera puede albergar la cantidad de efectivo necesario para pagar el mercado semanal de una familia. Son muchos billetes, muchísimos.
La primera evidencia de la guerra económica en Venezuela es la inflación. El año pasado, el índice de precios al consumidor cerró con una variación de 180% y aunque el Banco Central de Venezuela (BCV) no ha ofrecido las estadísticas actualizadas, estimaciones del Fondo Monetario Internacional (FMI) prevén que superará el 700%.
En ese panorama, los venezolanos han adoptado nuevas costumbres a su cotidianidad para hacer frente a la situación, entre ellas, estas cinco:
Ventas de efectivo
Dependiendo de la institución bancaria, el máximo de efectivo que puede sacarse diariamente de un cajero automático en Venezuela oscila entre 5.000 a 12.000 bolívares diarios. El aumento de los precios hace que esa cantidad no alcance para cubrir las necesidades por mucho tiempo.
Por eso, en algunos negocios, se "compra" efectivo con las tarjetas de débito. La persona paga un porcentaje de 6 a 10% para obtener más dinero simulando una compra en un local comercial con punto de venta.
Largas colas en cajeros
Quedarse sin dinero en efectivo es lo último que desea un venezolano. Pero no a todos les agrada pagar un porcentaje para una operación irregular en un local comercial, así que deciden hacer la fila para sacar dinero en un cajero automático.
Pero a cualquier hora, los cajeros están copados. Las largas colas en los cajeros automáticos se han convertido en el paisaje habitual. Además, lo usual es hacer dos o tres retiros a la vez porqe uno -casi siempre- resulta insuficiente.
Un bolso grande
La billetera es una formalidad. Un fajo de cien billetes de la más alta denominación -que pueden pagar solo el equivalente a un kilo de leche en polvo y un paquete toallas sanitarias- no cabe todo junto dentro de la cartera.
Así que lo usual es que las mujeres lleven bolsos grandes y los hombres usen morrales, koala o métodos ingeniosos como el de Carlos Franco, un motorizado de una institución pública: "Si yo saco diez mil bolívares en billetes de cien, meto la mitad bajo el zapato y la otra dentro de la ropa interior".
Caramelos con punto de venta
Antes bastaban unos pocos billetes para pagar golosinas en algún kiosco. Sin embargo, los precios se han disparado a tal punto que hasta los locales más informales tienen punto de venta.
En Caracas, por ejemplo, establecimientos que anteriormente solo aceptaban efectivo -como puestos ambulantes de perros calientes, kioscos de golosinas o buhoneros- ahora cuentan con el dispositivo bancario para que cualquier cliente pase sus tarjetas de crédito y débito.
Desaparición de las monedas
Las monedas son para coleccionistas. En 2008, el Banco Central de Venezuela emitió un nuevo cono con monedas de 500, 100, 50, 20 y 10 bolívares, y billetes de 2, 5, 10, 20, 50 y cien bolivares.
No obstante, en la actualidad las monedas no tienen ningún poder liberatorio, es decir, no pueden utilizarse para realizar transacciones comerciales. En algunos establecimientos tampoco aceptan el uso de billetes de 2 y cinco bolívares.
Desde febrero de este año corren rumores sobre la emisión de billetes de 500 y 1.000 bolívares "en función de adaptar el cono monetario venezolano a las necesidades que impone la coyuntura económica que atraviesa el país", destacó en esa oportunidad el diario El Mundo.
La adaptación del cono monetario a la realidad económica nacional, sostiene El Mundo, no sólo ofrecerá mayor comodidad para las transacciones, sino que permitirá mejorar los niveles de reposición de efectivo en agencias y cajeros automáticos. No obstante, las autoridades del BCV no se han pronunciado oficialmente al respecto.