A nadie sorprende ya que un candidato a la presidencia diga una cosa u otra en función del momento político o de la audiencia a la que tenga que seducir. Temas controvertidos, preguntas difíciles, ambigüedad calculada, oportunismo electoral o mala memoria... a veces alguno de estos factores pueden desviar el discurso de un político hambriento de votos, hasta acabar afirmando una cosa y la contraria.
Tal como mostrábamos hace poco en el caso de Hillary Clinton, su oponente republicano Donald Trump también nos ha regalado, en sus apariciones públicas, afirmaciones no sólo atrevidas o rocambolescas, sino también contradictorias entre sí.
La inmigración es uno de los temas más calientes y complicados cuando se trata de Donald Trump. En un intento de conectar con el sector más intransigente de la derecha se ha erigido en una especie de defensor nacional frente una inmigración demonizada. Sin embargo, a pesar de haber dicho últimamente cosas tan explícitas como "están aquí ilegalmente y se tienen que marchar" no hay que retroceder mucho (apenas unos tres años) para encontrar una aparición suyas en el noticiario de la Fox, en la que decía que "hay que tener compasión, no podemos echar a todo el mundo".
En política exterior sus contradicciones son algo más llamativas. Este año, durante el debate que CNN ofreció con motivo de las primarias del partido republicano, Trump negó que hubiera apoyado la intervención en Libia, y afirmó que estaríamos mucho mejor ahora si Gadaffi estuviera en el poder. Sin embargo, cinco años antes denunciaba enérgicamente desde su despacho la matanza que llevaba a cabo Gadaffi en Libia y decía claramente: "tenemos que intervenir... pararle los pies a este tío será muy fácil y rápido".
Con respecto a la sanidad, Trump incurrió en una de las contradicciones más divertidas. Un malicioso presentador le preguntó: "Donald, verdadero o falso: ¿dijo usted que el gobierno tiene que pagar la sanidad para todo el mundo?". Donald no titubeó en su respuesta: falso. Pero lo cierto es que en una entrevista emitida por la CBS un año antes presentó sus planes sobre una sanidad universal y cuando le preguntaban quién pagaría eso dijo: "El gobierno".
Pero quizá la más divertida de todas es la que tiene que ver con su actual oponente política, Hillary Clinton, de la que Donald Trump ha llegado a decir que es la peor Secretaria de Estado de todos los tiempos... dos años después de haber dicho que su labor en el cargo ha sido probablemente mejor que la del resto.