La orina y el vómito amenazan la catedral de Ulm, la más alta del mundo y principal atracción turística de esta ciudad del sudoeste de Alemania. Los fundamentos del templo están siendo destruidos por los desechos biológicos dejados por ciudadanos irresponsables que hacen sus micciones en las paredes de la catedral, informa 'Schwabische Zeitung'.
El responsable de la catedral, Michael Hilbert, ha señalado que el fundamento de piedra del edificio medieval sufre la acción de las sales y ácidos contenidos en la orina y el vómito. Hilbert lamenta que los organizadores de eventos públicos callejeros no siempre instalan inodoros portátiles gratuitos. Además, dice que las multas de 100 euros no disuaden a las personas de dejar sus huellas biológicas en el monumento. Por su parte, desde la alcaldía admiten la gravedad de la situación, pero indican que este problema persistirá "mientras existan las personas".
La catedral de Ulm es una iglesia luterana de estilo gótico del siglo XIV. Es la iglesia más alta del mundo y su aguja domina el perfil de la ciudad a 161,53 metros de altura.