Al menos 22 niños y seis maestros murieron víctimas de un ataque aéreo contra una escuela en la provincia siria de Idlib, informa la agencia Ria Novosti, citando al Fondo de la ONU para la Infancia (UNICEF).
"Esto es una tragedia, es indignante si se ha hecho intencionalmente, es un crimen de guerra", dijo el director ejecutivo del fondo, Anthony Lake.
Según el funcionario de UNICEF, el territorio de la escuela fue atacado varias veces. Lake ha señalado que este ataque aéreo contra la escuela se convirtió en el "peor" de todos desde el inicio del conflicto sirio, en el que se vieron escuelas involucradas.
La provincia de Idlib está controlada por la oposición siria. Los activistas de derechos humanos, partidarios de los rebeldes, insisten en que la responsabilidad por el bombardeo corresponde a Rusia y al Gobierno sirio.
Mientras tanto, la respuesta del representante permanente de Rusia ante la ONU, Vitali Churkin, a estas acusaciones contra Moscú no se hizo esperar. "Lo más fácil es decir que no fuimos nosotros, pero soy una persona responsable, hay que esperar a que nuestro Ministerio de Defensa se pronuncie sobre esto", afirmó Churkin.