Un mes antes de que el Brexit ganase el referéndum, la primera ministra británica, Theresa May, creía que la salida del Reino Unido de la Unión Europea (UE) provocaría que numerosas empresas abandonasen el país, según advirtió durante una conversación privada con inversores y banqueros en la sede de Golman Sachs, en Londres.
En la grabación, a la que ha tenido acceso el periódico 'The Guardian', la entonces ministra de Interior, que ahora lidera el proceso de ruptura con la UE, advierte a los representantes del sector financiero sobre las potenciales consecuencias negativas del Brexit. Estos son, para May, los puntos clave:
- Consecuencias para la inversión: "Creo que los argumentos económicos son claros. Creo que ser parte de un bloque comercial de 500 millones de personas es importante para nosotros. Creo, y ya lo he dicho antes, que uno de los motivos por lo que se invierte aquí, en el Reino Unido, es porque somos parte de Europa".
- Fuga de empresas: "Si no estamos en Europa, creo que habrá empresas y compañías sobre las que tendremos que preguntarnos: ¿Necesitan desarrollar una presencia continental europea o les basta con estar presentes en el Reino Unido? Por tanto, creo que hay ventajas definitivas para nosotros en términos económicos con la permanencia".
- Seguridad británica: "Definitivamente, hay cosas que podemos hacer como miembros de la Unión Europea que creo que nos mantienen más seguros".
Además, May esquiva una pregunta sobre si le gustaría ser primera ministra y, en su lugar, defiende por qué los británicos tienen que posicionarse a favor de la permanencia: "No deberíamos votar para tratar de recrear el pasado. Deberíamos votar por lo que está bien para nuestro futuro".
Theresa May sustituyó a David Cameron como primera ministra poco después de que los británicos votasen a favor del Brexit, con un 51,9%. Al igual que Cameron, defendió la campaña de permanencia del Reino Unido en la UE. Sin embargo, tras convertirse en la 'premiere' ha repetido en varias ocasiones que "Brexit significa Brexit".
A pesar de que May está cumpliendo con el deseo reflejado en las urnas por la mayoría de votantes, sorprende que ahora apueste por un 'Brexit duro'; es decir, una salida del Reino Unido de la UE sin ningún tipo de acuerdo comercial.