El bosque La Primavera tiene una relación 'yin yang' con la ciudad de Guadalajara (Jalisco, México).
En el año 2000 ambos tenían la misma extensión —20.000 hectáreas—, pero desde entonces la urbe ha duplicado su tamaño, aunque no su número de habitantes.
El negocio inmobiliario de Guadalajara, conocida como 'la perla de occidente' ha llegado a un punto en que sólo puede detenerse o crecer a costa de la floresta pues, del otro lado, tiene la barranca de Huentitán.
Sandra Valdés, integrante el Departamento del Hábitat y Desarrollo Urbano del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Occidente (Iteso), detalló a RT que, junto con el lago de Chapala, esa zona verde supone "el principal regulador climático" de Guadalajara.
Así, el lugar suministra el 35 % del agua a la localidad, filtra el aire procedente de poniente, acoge diversas especies, sirve para la protección de cuencas y evita la erosión. De hecho, hace 10 años fue catalogado como reserva de la biosfera por la Unesco y Área Natural Protegida por el Gobierno de México. Sin embargo, desde hace algunos años varios colectivos ecologistas intentan detener la construcción de desarrollos inmobiliarios exclusivos. Ahora, se enfrentan a un nuevo reto.
Energía geotérmica
La Comisión Federal de Electricidad (CFE), empresa paraestatal que antes tenía el monopolio de la generación de energía en México, tiene permiso para explotar durante 20 años la energía geotérmica de dos áreas de La Primavera, Cerritos Colorados y Planillas.
Existe un presupuesto de 285 millones de pesos —algo más de 15 millones de dólares— para construir una central que, en su primera etapa, tendría capacidad para producir 25 megavatios, informa el sitio Aristegui Noticias.
De acuerdo con un reportaje publicado en la revista 'Magis', los primeros intentos al respecto se produjeron en la década de los 70, pero el proyecto se detuvo en 1989 por el "fuerte impacto ambiental" que causaron los trabajos.
Un agujero pintado de verde
Sandra Valdés, quien también es fundadora de la asociación civil Anillo Primavera, explica que "quemaron extensiones importantes de bosque" y "el agua tenía azufre y arsénico", con lo cual la zona quedó como "un campo infértil".
Cuando el expresidente de México, Miguel de la Madrid, inspeccionó la zona, los trabajadores de la CFE pintaron de verde el lugar para tratar de ocultar los efectos, pero el mandatario se dio cuenta del ardid y ordenó cancelar el proyecto.
A pesar de todo, las intenciones de generar energía en el bosque se mantuvieron, como muestra una presentación que se pudo ver durante un congreso que acogió la Universidad Tecnológica de Jalisco en 2009.
Desde que México aprobó una reforma energética —una de las iniciativas estructurales que pactó el presidente del país, Enrique Peña Nieto, con diversos partidos de oposición— permite la generación de energía con empresas privadas y, de acuerdo con la nueva Ley de Energía Geotérmica, no está prohibido realizar obras de exploración y explotación en sitios declarados Área Natural Protegida (ANP).
Hoy, la CFE concesionó el proyecto a la empresa privada Grupo Dragón y Valdés explica que, a pesar de que se considera que la energía geotérmica es renovable, el problema es que "no es tan renovable ni limpia, porque tiene impacto en un área natural".
Además, la fundadora de Anillo Primavera advierte que existen opciones de que las columnas de vapor cambien el microclima del bosque y el proyecto afecte a los mantos acuíferos, que se encuentran a 200 metros de profundidad, mientras que para generar energía geotérmica hay que perforar 3.000 metros: "No se puede saber si hay fugas hasta que ya está contaminada".
Respetar la reserva de la biósfera
Hoy en día, existe un comité ciudadano para proteger el bosque. A su vez, diversas organizaciones han realizado llamados a congresistas, gobiernos municipales y al Gobierno de Jalisco para que detengan el proyecto emprendido por la paraestatal federal. Sin embargo, aún no han recibido respuesta.
"Quisiéramos hacer un llamado a las autoridades, para que se pongan a la altura del nombramiento de una reserva de la biósfera", concluye Sandra Valdés.
Al-Dabi Olvera