El número de animales salvajes que viven en la Tierra va a disminuir en dos tercios para el año 2020, que es parte de una extinción en masa que está destruyendo el mundo natural del que depende la humanidad, advierte el informe 'Living Planet Report 2016' de WWF, que analiza la salud de nuestro planeta y el impacto de la actividad humana.
El estudio, el más completo hasta la fecha, indica que las poblaciones de animales se desplomaron en un 58% entre 1970 y 2012, con pérdidas camino de alcanzar el 67% para el 2020. Así, el mundo se enfrenta a la mayor extinción desde los dinosaurios, con siete de cada 10 mamíferos, aves, peces, anfibios y reptiles aniquilados en tan solo 50 años, alerta el informe.
Según los científicos, el colapso de la vida silvestre, junto con el cambio climático, es el signo más llamativo del Antropoceno, una nueva era geológica en la que los seres humanos dominan el planeta. "Ya no somos un pequeño mundo en un gran planeta. Ahora somos un gran mundo en un pequeño planeta, donde hemos alcanzado un punto de saturación", dijo el profesor Johan Rockström, director ejecutivo del Centro de Resiliencia de Estocolmo, en el prólogo del informe.
Destruyendo la vida con nuestras propios manos
El director general de WWF, Marco Lambertini, por su parte, ha señalado que "la riqueza y diversidad de la vida en la Tierra es fundamental para los sistemas de vida complejas que la sustentan". "Si perdemos los sistemas de soporte vital de la biodiversidad el mundo natural tal como los conocemos hoy en día, se derrumbará", alertó.
Lambertini también ha señalado que la humanidad es completamente dependiente de la naturaleza tanto para el aire limpio y agua, alimentos y materiales, así como para la inspiración y la felicidad.
La mayor causa de la desaparición de animales es la destrucción de áreas silvestres para la agricultura y la explotación forestal. La caza furtiva y la explotación de los alimentos es otro factor importante, debido a la pesca y la caza insostenible. Los ríos y lagos, por su parte, son los hábitats más afectados, cuyas poblaciones de animales disminuyeron en un 81% desde 1970, debido a la extracción excesiva de agua, la contaminación y las presas. Todas estas presiones son empeoradas por el calentamiento global, que desplaza los hábitats en los que los animales son capaces de vivir, asegura el director de ciencia de WWF, Mike Barrett.