La candidata demócrata a la presidencia de EE.UU., Hillary Clinton, se encuentra en estado de "guerra pública" con el director de la Oficina Federal de Investigación de EE.UU. (FBI), y la culpa es tanto suya como de sus amigos, el presidente Barack Obama entre ellos, escribe el consultor político Ed Rogers para el diario 'The Washington Post'. "Tus enemigos nunca te hacen tanto daño como tus amigos", ironiza.
Según Rogers, ahora solo Donald Trump puede salvar la campaña presidencial de Clinton con alguna metedura de pata aún mayor que la de los correos electrónicos de la exsecretaria de Estado investigados por el FBI.
"Instintos paranoides" de Clinton y la "increíble" intervención de Obama
Han sido los "instintos paranoides" de Clinton, su forma de actuar en su propio interés y su "indiferencia absoluta por las reglas y obligaciones" las causas de esta guerra pública, aunque también puede recaer la culpa sobre el presidente Obama, que, "increíble e innecesariamente", declaró inocente en varias ocasiones a Clinton mientras la investigación del FBI estaba lejos de concluir.
Esta intervención de Obama privó al director del FBI de la oportunidad de cerrar silenciosamente la investigación de Clinton para que nadie puediera pensar que sigue una directriz del presidente y para "proteger la integridad del FBI".
Finalmente, la culpa también recae sobre el esposo de la candidata demócrata, el expresidente Bill Clinton, que en el auge de la investigación mantuvo una reunión privada con el fiscal general de EE.UU., Loretta Lynch, a quién Hillary Clinton puede mantener en su cargo si gana las elecciones, explica Rogers
El FBI "arrinconado"
Según el experto, Comey se encuentra "arrinconado", ya que "está rodeado por partidarios de Clinton", un presidente "que no parece preocuparse por los hechos" y un fiscal general comprometido, mientras muchos en el FBI no confían ya de por sí en el Departamento de Justicia, mientras que la decisión de cerrar investigación sin consecuencias para Clinton causaría una "insurrección" dentro de la Oficina.
La opción que le queda al director del FBI es la de "explicar públicamente su trabajo y defender su independencia y credibilidad", ya que sin esta publicidad el Departamento de Justicia de Obama nunca habría dado luz verde a la investigación del nuevo hallazgo: el hecho que los correos electrónicos de la exsecretaria de Estado se encontraban, entre otros, en la computadora de su consejera, Huma Abedin, y su marido, Anthony Weiner, explica el autor.
El excongresista Weiner es famoso por sus escándalos sexuales, así que no "hay nada peor para la campaña de Clinton" que la revelación que este político pudo tener acceso a sus correspondencia electrónica, opina el experto.
Ahora, muchos estadounidenses pueden preferir votar por Trump este 8 de noviembre, repelidos por la "corrupción" de Clinton, a menos que en los días restantes el candidato republicano lo estropee todo, concluye Ed Rogers.