La futura política de Washington hacia su vecino del sur depende en gran medida del resultado de las elecciones presidenciales de EE.UU., que se celebrarán el 8 de noviembre. Mientras Hillary Clinton y Donald Trump no escatiman esfuerzos para ganarse los votos de los estadounidenses, uno de los temas centrales en la contienda entre ambos candidatos es la economía y las relaciones de EE.UU. con sus socios, fundamentalmente con México.
En referencia a este país vecino, el candidato republicano se pronunció sobre un 'enemigo económico' culpable de muchos problemas de EE.UU. "¿Cuándo hemos superado a México en la frontera? Se ríen de nosotros, de nuestra estupidez y nos ganan económicamente. ¡No son nuestros amigos, créanme!", declaró Trump el año pasado en Nueva York. El magnate se manifestó a favor de reformar los acuerdos comerciales "defectuosos", como el Tratado de Libre Comercio de América del Norte (NAFTA, por su siglas en inglés) firmado por EE.UU., México y Canadá en 1992.
La anulación del acuerdo afectaría a numerosas empresas cuyo negocios están vinculados con México. En ese sentido, la presidenta de la Cámara de Comercio Hispana de Tucson (Arizona, EE.UU.), Lea Marquez-Peterson, señaló que "México es uno de los socios comerciales más importantes para Arizona" y que el NAFTA ha sido un "recurso importante" que ha ayudado en el desarrollo de las relaciones comerciales y empresariales.
El director de Iniciativas Hispanas del Partido Republicano de Arizona, Sergio Arellano, se muestra más optimista en relación a las medidas económicas de Trump y la colaboración con México en el caso de que el político gane las elecciones presidenciales. "Sabe que debe haber comercio y yo creo que con sus ideas y su pensamiento está dispuesto a hacer un nuevo tipo de trato y colaborar más con México", ha comentado Arellano a RT.
Las primeras claves sobre el futuro comercial de EE.UU. y su posterior colaboración estratégica con México esclarecerán cuando se dé a conocer el próximo ocupante de la Casa Blanca.