Este 31 de octubre, un príncipe de la familia real Al Saud, —que gobierna Arabia Saudita— ha sido flagelado por un policía en una cárcel de la ciudad de Yeda. El detenido, del que no se revela la identidad ni el delito por el que fue condenado a prisión, ha recibido esos latigazos como castigo por una sentencia judicial, informa Reuters citando a medios locales.
Arabia Saudita, el aliado árabe por excelencia de Estados Unidos, secunda la estricta escuela musulmana sunita wahabita y le otorga al clero el control de su sistema de justicia.
El 18 de octubre ya fue ejecutado en Riad el príncipe saudita Turki bin Saud al Kabir, tras ser declarado culpable de matar a tiros a un compatriota durante una pelea que tuvo lugar hace tres años. Ha sido una de las únicas veces que las autoridades sauditas aplicaron la pena de muerte a un miembro de la familia real del país.