Los rancheros del sur de Arizona denuncian que por sus terrenos cruzan a diario traficantes y criminales llegados desde México. Un equipo de RT habló con Ed Ashurst, propietario de un aislado rancho situado cerca de la frontera estadounidense con México. Uno de los problemas a los que tiene que enfrentarse es la seguridad de su familia.
Según explica, "en las montañas hay contrabandistas cada noche" y "el control fronterizo no llega hasta ahí". Los traficantes cruzan por su rancho a diario y los capta con cámaras ocultas. En sus imágenes se observan las llamadas 'mulas': portadores de droga que traen la mercancía desde México hacia un punto de distribución en EE.UU.
"¡Los rancheros estamos sufriendo!"
La seguridad ha aumentado en las localidades fronterizas, pero al mismo tiempo ha disminuido en las áreas rurales. "Lo que pasa es que el contrabando se desplaza hacia el campo y lo hacen a propósito. Por eso, ¡nosotros los rancheros estamos sufriendo!", denunció.
A unos 11 kilómetros de la ciudad de Nogales hay un territorio abierto entre México y EE.UU. Los rancheros de la zona se quejan de que esta frontera es demasiado débil y no evita que entren tanto inmigrantes ilegales como aquellos que trafican con drogas. En su travesía muchos de estos contrabandistas cometen robos y en ocasiones se producen tragedias con víctimas humanas.
"Hillary no hará nada"
Los rancheros de la zona pidieron más efectivos a las autoridades, pero a cambio aseguran haber recibido incomprensión e indiferencia. "Veo una incompetencia grosera por parte de la patrulla fronteriza. Estoy enfadado y frustrado porque los de Washington D.C. quieren que sea así", afirmó Ashurst.
En este contexto, este vecino de Arizona tiene muy claro que, aunque no es el candidato perfecto, apoyará a Donald Trump. "Él parece sincero, quiere hacer algo. No estoy de acuerdo con sus planes. Creo que el muro no es necesario y no va a funcionar pero creo que él, de verdad, quiere hacer algo. Hillary no va a hacer nada", aseguró.
La historia de Ashurst es la de centenares de granjeros, ganaderos y rancheros que pueblan las áreas más poco pobladas de la enorme frontera mexicano-estadounidense. La población está harta y aguarda impaciente que el próximo presidente les escuche de una vez por todas.