La revista científica 'Plos Medicine' publicó una investigación de la Universidad de California (Estados Unidos) que realiza una estimación de los beneficios que puede traer a la población mexicana el impuesto a las bebidas azucaradas que el Gobierno del presidente de México, Enrique Peña Nieto, sancionó en 2013 y puso en vigencia en enero de 2014.
Este estudio "se basa en una proyección estadística" que cruza "información demográfica y epidemiológica de adultos entre los 45 y 94 años" con datos de consumo de refrescos, según informa el diario 'El País'.
El pronóstico de los investigadores es que, si los mexicanos reducen el consumo de este tipo de bebidas en un 10 %, en la próxima década tendrán 189.300 casos de diabetes y 20.400 infartos y enfermedades cardiovasculares derivadas menos. Asimismo, este cambio permitiría salvar la vida de 18.900 personas que hoy sufren esas enfermedades y supondría un ahorro de 983 millones de dólares en gastos sanitarios.
México: obesidad y diabetes
México es el país de América Latina que cuenta con más casos de diabetes y, detrás de EE.UU., ocupa el segundo lugar del mundo respecto al número de ciudadanos obesos: al menos, el 52 % de su población tiene exceso de peso.
Este hecho se debe, entre otras razones, a la mala alimentación, en donde las bebidas azucaradas ocupan un lugar central. Los mexicanos ingieren 135 litros anuales de refrescos, que les ubican en los primeros lugares de la clasificación mundial.
¿Salud o recaudación fiscal?
Más allá de este documento de la universidad californiana, los resultados de esta tasa, que lleva tres años de aplicación, ya han generado un importante incremento en la recaudación del Estado mexicano: en 2015, gracias al 'impuesto al refresco', el país recaudó casi 38.000 millones de pesos mexicanos, alrededor de 1.976 millones de dólares. Sin embargo, los resultados aún son magros en cuanto a la salud de la población.
Por su parte, el Instituto Nacional de Salud Pública (INSP) estableció que las ventas de las bebidas azucaradas cayeron un promedio del 6 % durante 2014, aunque para la Asociación Nacional de Productores de Refrescos y Aguas Carbonatadas (Anprac), en ese período la bajada "no llegó ni al 2 %". Como contracara, en el primer semestre de 2016 la venta de refrescos subió un 5,6 %.
El debate de los impuestos
A mediados de octubre, la Organización Mundial de la Salud (OMS) recomendó incrementar en un 20 % el impuesto a estas bebidas en todo el mundo para lograr mejores resultados en el combate contra la obesidad.
No obstante, la Cámara de Diputados mexicana resolvió no aumentar el llamado Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS), a pesar de que los diputados del Partido de la Revolución Democrática (PRD) y Movimiento Ciudadano habían realizado propuestas al respecto.