Los candidatos a la presidencia de EE.UU., Hillary Clinton y Donald Trump, no pierden la oportunidad para dar a conocer sus promesas de campaña en asuntos de política exterior. En ese sentido, ambos se comprometen a ejecutar cambios directos en la situación que se vive actualmente en el conflicto sirio. Sin embargo, según lo destaca la revista alemana 'Focus', tarde o temprano los candidatos deberán afrontar la realidad.
Mientras que Clinton insiste en la creación de una zona de exclusión aérea y en la definición de territorios de moderación para proteger a la población civil, Trump promete intensificar su lucha contra el Estado Islámico.
Según el analista de 'Focus', a pesar de las intenciones de los candidatos para cambiar la crítica situación en Siria, el siguiente mandatario no podrá influir seriamente en la situación.
En primer lugar, está el hecho de que Rusia continúa apoyando activamente al Gobierno sirio en su lucha contra el terrorismo. Cualquier decisión que tome Washington activaría una reacción por parte de Moscú que podría conducir a una confrontación directa entre ambos países, señala el artículo.
Además, se presenta otro factor importante que influye en la decisión que tome el siguiente presidente: los estadounidenses están hartos de la guerra. Cualquier incremento de la actividad bélica norteamericana, en especial si esto implica una intervención directa como el envío de tropas, será rechazado por la mayor parte de la población. El autor considera que muy pocos estadounidenses están dispuestos a arriesgar sus vidas viajando a Siria, y es muy poco probable que el nuevo presidente logre cambiar esta posición.