El avanzado cañón naval AGS, que equipará los nuevos destructores furtivos clase Zumwalt de la Armada de Estados Unidos, puede alcanzar objetivos ubicados hasta a 130 kilómetros de distancia, mientras que el proyectil guiado de 155 mm clase nave-tierra LRLAP fabricado por Lockheed Martin es el único desarrollado hasta la fecha para esas armas.
Sin embargo, las autoridades militares norteamericanas han decidido rechazar esas municiones porque tienen un costo de 800.000 de dólares por disparo. Esta cantidad ha aumentado debido a que el Pentágono decidió construir solo tres de las 28 naves de ese tipo que tenían previstas.
"No es problema del cañón ni del buque: el problema es el precio", según ha declarado un integrante de la Armada estadounidense a 'Defense News'.
La Armada de EE.UU. presentó su propuesta para cancelar la adquisición de los LRLAP a la oficina del secretario de Defensa este 2 de noviembre, aunque todavía está pendiente de ser aprobada porque forma parte del memorándum POM18, el proceso para establecer el presupuesto anual del Pentágono.
Los estadounidenses están considerando otras municiones más ecónomicas que mantengan esta capacidad de combate, incluidos proyectiles convencionales o hiperveloces.
De todos modos, es poco probable es que el LRLAP no tenga sustituto antes de que el Zumwalt esté completamente operativo. Aunque el buque entró en servicio el 15 de octubre en Baltimore (Maryland), la instalación de sistemas de combates en las naves tomará otros 18 meses, con lo cual las pruebas definitivas de sus sensores y armas tendrán lugar en 2018.