En la ciudad alemana de Múnich se anunció la creación de un muro que separe el distrito residencial de Neuperlach, del nuevo centro de refugiados que se encuentra a 100 metros de distancia, informa el medio 'Spiegel'.
Una de las principales quejas de los vecinos es que la instalación podría acoger hasta 160 refugiados menores no acompañados de cara a la primavera del año que viene. "No tenemos nada en contra del centro de refugiados. La ciudad tiene que encontrar un sitio para ellos, pero los que vendrán aquí harán mucho ruido y nosotros queremos vivir tranquilos", declara uno de los vecinos. Otro de los argumentos es que la llegada de refugiados al barrio podría devaluar el precio de las casas si no hay algo que los separe.
La medida ya ha empezado a levantar polémica en los medios nacionales. Sus cuatro metros convierten al muro de Neuperlach en una barrera hasta 40 centímetros más alta que el propio muro de Berlín, símbolo de una época de división, algo que no es ignorado por los ciudadanos. Según los ingenieros, la altura del polémico muro es necesaria para evitar el traspaso del ruido.
La construcción deberá completarse en la primavera del próximo año según los planes del distrito.
"Este muro es absolutamente lo contrario de lo que significa la integración", lamentó el político local Guido Bucholtz.