Arqueólogos de la Universidad alemana de Tubinga han descubierto, a tan solo 45 kilómetros de una zona controlada por el temible Estado Islámico, un asentamiento que se cree que era un puesto de avanzada del Imperio acadio. El yacimiento está situado en una pequeña aldea kurda llamada Bassetki, no lejos de la ciudad de Dohuk, en el norte de Irak.
Las excavaciones han demostrado que la ciudad fue fundada alrededor del 3000 a.C. y floreció durante unos 1.200 años. Los arqueólogos también han encontrado algunos estratos que se estiman que son del período acadio (2340-2200 a.C.), según un comunicado de la Universidad.
El acadio está considerado como uno de los primeros grandes imperios que surgieron en el mundo. Vivió su época de máximo esplendor entre los siglos XXIV - XXII a.C. en la región de Mesopotamia. Se fundó a partir de las múltiples conquistas del rey Sargón I de Acad en los territorios bañados por los ríos Tigris y Éufrates.
Los científicos llevaron a cabo los trabajos de excavación en Bassetki entre agosto y octubre de este año, que sacaron a la luz los restos del muro que defendía la parte alta de la ciudad ante posibles invasiones. Se calcula que esta gran estructura de piedra fue erigida alrededor del 1800 a.C.
El proyecto ha estado dirigido por el profesor Peter Pfälzner, de la Universidad de Tubinga y el Dr. Hasan Qasim, de la Dirección General de Antigüedades en Dohuk. Los investigadores también descubrieron unas tablillas cuneiformes asirias que datan de 1300 a.C., que revelan la existencia en la zona de un templo mesopotámico dedicado al dios del trueno y de la lluvia Hadad (Ishkur, según la mitología sumeria).
Los científicos también encontraron que la ciudad estaba dividida en varios distritos y contaba con una zona residencial con grandes casas y una especie de palacio. Los muertos eran enterrados en un cementerio en las alrededores de la ciudad. El asentamiento se conectaba con las regiones vecinas de Mesopotamia y Anatolia mediante una extensa red de caminos.
A pesar de que las excavaciones se llevaron a cabo a tan solo 45 kilómetros del territorio dominado por el Estado Islámico, los historiadores confesaron que esta circunstancia no dificultó especialmente su trabajo.