La 'enfermedad zombi' que azota Oriente Próximo cruza el Atlántico
Los expertos han detectado en EE.UU. varios casos de leishmaniosis, una dolencia parasitaria mortal. La plaga, que se extiende por Oriente Medio desde la llegada del Estado Islámico, ha llegado al otro lado del Atlántico. La infección afecta a la piel dejando múltiples cicatrices disformes, lo que hacae que se la conozca como la 'enfermedad zombi'.
La revista 'Clinical Infectious Diseases' alerta sobre la aparición de varios focos de infección de esta bacteria, de la que existen en el mundo más de 20 variedades. La leishmaniosis puede afectar a la piel, las mucosas o el resto de tejidos y órganos del cuerpo. Esta última variedad de leishmaniosis (la visceral) es la que presenta riesgo de muerte.
Esta médico encontró casos de infección en Texas y Oklahoma, regiones en las que no se hallan las moscas y mosquitos que transmiten la bacteria. Los análisis de tejidos y sangre realizados mostraron que los pacientes portadores de la bacteria en los citados estados la habían contraído de cepas distintas. Los portadores de la Leishmania braziliensis o de la guyanensis (variedades propias de América Central y del Sur) son turistas que se contagiaron en el transcurso de visitas a la naturaleza de la región. Por su parte, los infectados con la variedad Leishmania tropica son antiguos soldados del Ejército de EE.UU. que combatieron en Oriente Próximo.
"La leishmaniosis es una infección cada vez más común en los ecoturistas que viajan a América Central y del Sur. Los viajeros que visitan la selva del Amazonas tienen gran probabilidad de exponerse al contagio. Las infecciones cutáneas y de las mucosas causan cuantiosas cicatrices y la leishmaniosis visceral puede ser mortal, por lo que un diagnóstico a tiempo y un tratamiento supervisado por un especialista es vital", explica la experta Naomi Aronson en el portal scienmag.com.
El año pasado varios medios de comunicación dieron a conocer la aparición de un parásito que desfiguraba y corroía los cadáveres que no se enterraban y quedaban en la calle en los territorios controlados por el Estado Islámico en Siria e Irak. Los cuerpos de las víctimas, abandonados a su suerte, fueron infectados por larvas de moscas y mosquitos portadores de la leishmaniosis, que luego se transmitió a quienes estuvieron en contacto con los cadáveres (militares del Ejército de los EE.UU. e integrantes de la organización yihadista). El caos y la falta de salubridad explican la expansión de esta epidemia en Oriente Próximo.