Las calles de la ciudad brasileña de Río de Janeiro están viviendo una serie de disturbios de protesta mientras su Asamblea debate la aprobación de un paquete de recortes económicos, informa el portal G1.
Los manifestantes han llegado incluso a derribar las rejas de la Asamblea Legislativa del Estado de Río de Janeiro. Para intentar controlar la revuelta, un batallón especial de la Policía Militar ha recurrido al uso de bombas aturdidoras y gas pimienta para dispersar a los manifestantes.
Un total de 500 agentes de la Fuerza Nacional han llegado a la ciudad brasileña para participar en el dispositivo de seguridad del edificio.
La Asamblea de Río es objeto de fuertes protestas en los últimos días por parte de funcionarios públicos y jubilados, que sufren retrasos en el pago de sus sueldos y pensiones. Los manifestantes consideran que el nuevo paquete de ajuste fiscal que se podría aprobar en la jornada de hoy representa una amenaza a sus derechos.