Después de que el el candidato por el Partido Republicano, Donald Trump, venciera en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, cientos de norteamericanos de diferentes ciudades se manifestaron contra el futuro presidente de su país.
En una entrevista que ha concedido al periódico ruso 'Znak', el sociólogo Borís Kagarlitski aborda el posible futuro de EE.UU., cuya población parece haberse dividido en dos partes bien diferenciadas.
"Presentan a Trump como a un nuevo Hitler"
Este analista estima que ciertos estadounidenses, a través de sus protestas y peticiones, plantean abiertamente un golpe de Estado que en esta etapa "no va a suceder" pero, si impugnan a Trump en el futuro, podrían planear una conspiración que provocaría agresiones armadas.
Asimismo, considera que los críticos "bloquearán las iniciativas" y votarán contra cualquiera de los proyectos legislativos del futuro mandatario, a quien "los demócratas intentan presentar como un nuevo Hitler".
"Una rebelión contra el régimen económico"
Borís Kagarlitski asegura que Donald Trump y sus simpatizantes representan "una rebelión de ciertos sectores económicos y grupos sociales" contra el Gobierno del todavía presidente de EE.UU., Barack Obama, porque tienen "una estrecha conexión con el mercado interno" y "entienden que la globalización destruye sus empresas y a sus consumidores".
Para este especialista, el multimillonario traerá "el fin de la época de la globalización y el neoliberalismo", porque ya no hay recursos para su continuación, y terminará una época que comenzó con quienes fueron presidente de EE.UU., Ronald Reagan, y primera ministra británica, Margaret Thatcher.
En su opinión, eso está "muy bien" porque "desmonta todo el estado social", pero le parece que aún es muy temprano para sacar alguna conclusión, porque el presidente electo de EE.UU. aún no ha ocupado su cargo, con lo cual no queda claro "si entiende la importancia de esta nueva época histórica".
"Trump es un hombre de acción"
Kagarlitski destaca que Trump es "un hombre de acción que representa una oportunidad de cambiar algo de verdad" y, como se expresa abiertamente contra la inmigración ilegal, los radicales de izquierda enseguida le acusan de racismo.
Al respecto, recuerda que "resulta imposible que las acciones políticas sean perfectamente humanitarias en todos sus aspectos" y que "si quieres evitar víctimas, nunca alcanzarás nada la política".
En este sentido, Borís Kagarlitski está seguro de que la clave es el estatus ilegal de ciertos inmigrantes de EE.UU., que trabajan en empleos que podrían ocupar los propios norteamericanos para mejorar la economía del país.
De todos modos, subraya que las especulaciones de que solo votaran por Donald Trump hombres blancos no son ciertas, dado que muchas personas se dieron cuenta de que, si alcanzaba el poder, "aumentarían sus ganancias"; de hecho, "la construcción del famoso muro fronterizo creará muchísimos puestos de trabajo, incluso en México".