La fortuna amasada en México que cambió la vida de un pequeño pueblo de España
Antonino Fernández Rodríguez nació en 1917. Fue el undécimo de una familia de labradores que tuvo 13 hijos en Cerezales del Condado, un pequeño pueblo de León, en el noroeste de España. Sin embargo, con 32 años, y siguiendo la senda de miles de españoles que emigraron del país tras la Guerra Civil en busca de mejores oportunidades, se trasladó a México.
Ya fuera de España, este hombre, que falleció el pasado mes de agosto a los 98 años de edad, cumplió su sueño de conseguir un futuro mejor, amasando una importante fortuna con la que también ha tratado de mejorar la vida de aquellos que residen en su pueblo natal.
De mozo de almacén a director general del Grupo Modelo
La elección de emigrar a México en 1947 no fue al azar. Antonino se había casado con Cinia González, natural de León y sobrina de uno de los fundadores del Grupo Modelo, la mayor cervecera de este país norteamericano.
Así, comenzó a trabajar como mozo de almacén para la cervecera. Sin embargo, su visión del negocio hizo que poco a poco fuese ascendiendo hasta ser nombrado, en 1971, director general de la empresa, un puesto que ocuparía hasta finales de lo 90.
De forma paralela a su brillante trayectoria, Antonino desarrolló una importante labor altruista en el pueblo que lo vio nacer. De hecho, en Cerezales del Condado, en el que residen tan solo unos 30 habitantes, hay un único bar, la Cantina, que curiosamente sirve a su clientela cervezas mexicanas.
Su labor altruista en su pueblo natal
Pero la influencia de este 'indiano', el nombre con el que se conocen en España a aquellos emigrantes que fueron a América y regresaron con grandes fortunas, se puede observar en todo el pueblo. No obstante, aquellos que lo han conocido coinciden en que su actitud discreta y sencilla no se corresponde con el estereotipo de ostentación que se atribuye a los emigrantes españoles que fueron a "hacer las Américas".
La restauración de la iglesia, la ermita y el cementerio, así como la remodelación de la plaza y una avenida con 92 cipreses o el sistema de aguas potables, entre otros, fueron pagadas gracias a su fortuna amasada en México, según cuenta 'BBC'.
Además, en el año 2009, este emigrante leonés creó la Fundación Cerezales Antonino y Cinia, destinada al desarrollo de la zona a través de la cultura y la etnoeducación. Su sede ocupa las antiguas escuelas, que fueron cerradas por la pérdida de población en la localidad y la ausencia de niños suficientes para mantenerla.
"Nuestra actividad está muy ligada a una perspectiva que Fernández siempre mantuvo por haber tenido que dejar la escuela más pronto de lo que hubiese deseado. Y eso tiene que ver con que la escolarización en la zona en aquella época se acababa hacia los 13 años", dijo Alfredo Puente, curador de la fundación, al citado medio.
Su herencia, 200 millones de euros
Por ello, Antonino recibió numerosos reconocimientos a lo largo de su vida, incluidos medallas de honor y de mérito militar, así como varias insignias de algunas ciudades en México. Además, el rey Juan Carlos I de España le nombró Caballero Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica. De hecho, Antonino, profundamente católico se gastó mucho dinero en tratar de canonizar a la reina española. Aunque en este caso, no lo ha conseguido.
Cuando falleció el pasado 31 de agosto en Ciudad de México, la prensa local informó de que había repartido como herencia entre sus numerosos familiares de la provincia cerca de 200 millones de euros. Antonino no tuvo hijos, pero al tener doce hermanos contaba con multitud de sobrinos.