Unos investigadores de la Universidad de Florida Central (Estados Unidos) han desarrollado una batería que tiene días de duración, tarda pocos segundos en cargarse y cuya vida útil es 20 veces superior a sus homólogas compuestas por iones de litio.
El dispositivo consiste en una fina placa de metal flexible del tamaño de un uña que, además de almacenar grandes cantidades de energía, aguanta más de 30.000 recargas sin perder capacidades. Por contra, casi todas las baterías presentes en el mercado comienzan a degradarse al cabo de 1.500 recargas.
El secreto de esta potencia son sus supercondensadores, compuestos por millones de alambres de un nanómetro —la milmillonésima parte de un metro— de espesor cubiertos con materiales bidimensionales y un núcleo altamente conductivo, que permite la transferencia de electrones a grandes velocidades.
Con estos dispositivos "no habría que recargar los teléfonos móviles durante más de una semana", según ha explicado Nitin Choudhary, uno de los especialistas que ha llevado a cabo la mayor parte del desarrollo de este proyecto, cuya tecnología está pendiente de ser patentada.