"Me están matando en vida", dijo el general retirado Miguel Alfredo Maza Márquez tras conocer la decisión de la Justicia colombiana de condenarlo a 30 años de prisión por su responsabilidad en el crimen del entonces candidato presidencial Luis Carlos Galán, cometido el 18 de agosto de 1989.
La Sala de Casación Penal consideró que el exdirector del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS) tuvo una participación activa en el magnicidio perpetrado por el cartel de Medellín, liderado por Pablo Escobar, y por las Autodefensas del Magdalena Medio, informa 'El Espectador'. Maza decidió el cambio de la escolta de Galán, pese a las constantes amenazas que recibía y a las dudas que esa actitud generó en la familia de quien fuera candidato presidencial por el Partido Liberal.
Según el tribunal, el exjefe militar fue "parte del plan para asesinar al connotado dirigente político, debilitando su seguridad, para lo cual nombró como jefe de escoltas a un hombre de su confianza", en referencia al teniente Jacobo Torregrosa. Además, detalló que Maza Márquez "se comprometió previamente con el paramilitar Henry de Jesús Pérez Durán, con quien mantenía estrechos vínculos, y a quien, a su vez, el denominado cartel de Medellín le había encargado la ejecución del magnicidio". Por eso, el exdirector del DAS fue declarado "coautor responsable de los delitos de concierto para delinquir y homicidio con fines terroristas", por lo que fue condenado a 30 años de prisión.
Su descargo
Al conocer la sentencia, el reo recordó su lucha "contra el narcotráfico y contra las personas que fueron autores de la muerte del doctor Galán". "Me están matando en vida", concluyó.
Galán había sido declarado como uno de los principales blancos de los narcotraficantes de Colombia de la década de 1980, debido a que una de sus promesas de campaña fue extraditar a EE.UU. a los traficantes. Por eso, planificaron el asesinato, que fue cometido durante un acto público en el municipio de Soacha, a pocos kilómetros de Bogotá, en el que también murieron el concejal Julio César Peñaloza Sánchez y el escolta Santiago Cuervo Jiménez.