"Mi marido y mi hermana estaban en el patio y vieron un fuego", relata Carolyn Massy, dueña de una casa móvil instalada a unos 30 kilómetros de la base Holloman de las Fuerzas Aéreas estadounidenses, en Nuevo México. El incidente ocurrió la tarde del 4 de agosto de 1992, un día que Carolyn y su familia no olvidarán jamás, puesto que se convirtieron en testigos de un accidente aéreo en su propia casa.
Ahora, en la investigación de las Fuerzas Aéreas de EE.UU., Missy recuerda que estaba en su casa cuando oyó pasar un avión, algo habitual cuando se vive cerca de una base aérea. Sin embargo, según cuenta, pronto se escuchó un segundo estallido: "Pensé que algo malo había pasado". Al salir de casa ella y su hermana vieron que su patio se encontraba en la trayectoria de la caída de un avión miliar.
La aeronave cayó sobre un poste telefónico en su patio, revela Carolyn, que de pronto vio al piloto, cuyo paracaídas había quedado enredado en una pequeña torre eléctrica. El marido de Carolyn le ayudó y el aviador, que solo había sufrido algunos rasguños, esperó junto con la familia de Massy a que llegaran representantes de la base.
El secreto del avión
La historia de Carolyn ya es de por sí increíble, pero lo es todavía más si se sabe que el avión estrellado era un caza furtivo F-117 Nighthawk, un arma secreta de Estados Unidos. La revista 'National Interest' recuerda los hechos clave de la historia de la aeronave caída:
- fue oficialmente presentada en 1988, pero las Fuerzas Aéreas decidieron mantenerla en secreto tanto tiempo como fuera posible tras la presentación
- las autoridades estadounidenses quisieron utilizar a los Nighthawk para realizar ataques aéreos en Libia en 1986, pero decidieron no hacerlo para no revelar el arma secreta a todo el mundo
- finalmente, esos aviones debutaron en Panamá en 1989
El modelo fue retirado completamente en 2008, pero todavía hay quienes aseguran haberlos visto en el cielo después de esa fecha, añade 'National Interest'.