La muerte del dirigente revolucionario Fidel Castro, a quien comienza a rendírsele homenaje este lunes en La Habana, ha provocado un sinfín de reacciones entre los cubanos. Cada uno de ellos tiene su historia particular con el líder revolucionario. Recogemos aquí la de la multicampeona de atletismo Ana Fidelia Quirot, que trata sobre superación, lealtad y lucha.
"Me dio aliento para luchar"
Hoy día, la mediofondista es todo un símbolo para el deporte cubano. Sin embargo, hubo un momento en su vida en el que todo pareció derrumbarse. Un accidente doméstico estuvo a punto de acabar con la vida de la "tormenta del Caribe", como la bautizó la afición cubana: su futuro prometedor pendió de un hilo cuando un caldero de agua hirviendo quemó el 32% de su cuerpo. Fue entonces apareció Fidel en su camino para prestarle todo su apoyo.
"Me he quedado con una deuda de gratitud con nuestro querido comandante, porque jugó un papel muy importante en mi recuperación cuando el accidente. Él me dio mucho aliento para luchar por la vida desde las primeras horas", cuenta Quirot.
"Se ocupó de mi enfermedad"
La sorpresa de ver que el presidente de su país se interesaba por su salud en cada momento fue su mejor tratamiento médico. "Él, un presidente, con tantos problemas, que tenía que ocuparse de la economía y de todo, se ocupó de mi enfermedad, de mi proceso", relata la atleta. "Día a día había que darle un parte de cómo me iba recuperando. Venía todos los días al hospital Hermanos Amejeiras, con su uniforme verde oliva", recuerda.
Luego de largos meses de recuperación, Ana Fidelia regresó a las pistas. Hoy no tiene suficiente espacio para guardar todos los galardones que atesora: medallas y diplomas de toda índole le recuerdan que ha logrado cada meta que se ha propuesto. Sin embargo, es su relación con Fidel, según nos cuenta, su trofeo más preciado.
"Como él no habrá otro"
La madre de la atleta, Esmerida Moret, cuenta que cuando tuvo a su hija decidió llamarla Ana Fidelia porque nació a principios de la Revolución. Ahora ambas lamentan el fallecimiento de Fidel, una muerte que aún no han interiorizado.
Ana Fidelia confiesa que para ella Fidel era "como un padre". "Yo sé que él sentía gran estima por mí por mi comportamiento y resultados deportivos. A Fidel lo recordaré como el hombre del siglo. Yo creo que como él no habrá otro", concluye.
Aficionado al deporte durante su juventud, Fidel Castro se propuso desde su llegada al poder promover el deporte en Cuba. Sorteando cada obstáculo y sin hacer distinciones de raza o clase social, la isla se convirtió en una potencia regional. Hoy sus campeones olímpicos y mundiales se cuentan por decenas.