Este año, el resultado de las elecciones de Estados Unidos no será oficial hasta que los miembros del Colegio Electoral de ese país se reúnan el próximo 19 de diciembre para elegir a su nuevo mandatario.
El periódico ruso 'Vzgliad' indica que los opositores al presidente electo, Donald Trump, tratan de persuadir a los electores republicanos para que ese día no voten a su favor. En teoría, esa circunstancia ofrecería una oportunidad formal para que la candidata demócrata, Hillary Clinton, ocupara la Casa Blanca.
¿Qué es el Colegio Electoral?
En los comicios presidenciales de EE.UU. los norteamericanos votan a los candidatos, pero esas preferencias se gestionan a través de un Colegio Electoral compuesto por 538 representantes, que son quienes realmente eligen al presidente.
Ese número corresponde a los 100 escaños del Senado y los 435 de la Cámara de Representantes de EE.UU., más los tres votos electorales asignados a Washington. El número de los votos necesarios para lograr la presidencia es 270.
¿Cómo se originó?
El Colegio Electoral es una característica original de la Constitución de EE.UU. y nació junto con la formación del país. Algunos estiman que los conocidos como padres fundadores, aunque defendieron la democracia, aún no estaban preparados para confiar plenamente la elección del presidente al conjunto de la población.
¿Cómo puede un candidato ganar el voto popular y no el del Colegio Electoral?
El resultado del voto popular nacional no importa, sino que los sufragios se otorgan según los resultados en cada estado. Es decir, Estados Unidos tienen 50 elecciones populares separadas, que determinan un conteo de votos del Colegio Electoral.
¿Los electores tienen que votar como votó su estado?
La ley federal de EE.UU. no tiene reglas que obliguen a los electores a votar de una manera u otra; de hecho, pueden abstenerse, incluso en los estados donde no está permitido: solo tendrían que pagar una pequeña multa. En su mayoría, los electores votan de la manera asignada por los residentes de su región pero, quienes no lo hacen así, son conocidos como 'electores infieles'.
Como apunta 'Vzgliad', este detalle está detrás de las peticiones de los electores que apoyan a Hillary Clinton, quienes instan a los 'electores infieles' a que no otorguen su voto a Trump. Sin embrago, el periódico indica que la probabilidad de que se dé este hecho es muy escasa porque:
- Para cambiar el equilibrio de votos electorales a favor de la ex secretaria de Estado, sus partidarios deben atraer a su bando un mínimo de 37 electores republicanos, algo casi imposible, como reconocen los propios demócratas.
- La propia aspirante y el todavía presidente de EE.UU., Barack Obama, ya han reconocido a Trump como el presidente electo; por lo tanto, un intento de retractarlo podría suponer un nuevo escándalo en la biografía de Hillary Clinton.
- Incluso si los electores votan por Clinton y ella está de acuerdo con esa decisión, las posibilidades de que se convierta en presidenta aún serían extremadamente bajas, ya que ese resultado lo tendría que aprobar el Congreso, controlado por el Partido Republicano. Aunque a muchos integrantes de esa formación no les agrada Donald Trump, no permitirían que la candidata demócrata ocupe la Casa Blanca.