Rusia comienza la fabricación de misiles antiaéreos de nueva generación para sus tropas terrestres
El consorcio ruso Almaz-Antéi ha comenzado el desarrollo de los misiles antiaéreos de nueva generación de medio alcance que sustituirán a los actuales Buk-M3, ha informado este lunes el director general de la compañía, Yán Nóvikov, citado por RIA Novosti.
Poco antes de esta declaración, este consorcio, que es el mayor fabricante ruso de misiles antiaéreos, había anunciado la entrega al Ejército nacional de un kit de sistemas de medio alcance Buk-M3 para una brigada de defensa antiaérea.
"En poco tiempo la colectividad laboral de nuestra empresa ha logado desarrollar un producto cuyas características principales son una vez y media superiores a las de armas de la anterior generación. No nos hemos dormido en los laureles y ya hemos comenzado el desarrollo de la próxima generación de sistemas de misiles antiaéreos de alcance medio", ha declarado citado por el servicio de prensa de la compañía, cuyo accionariado pertenece por entero al Estado.
El sistema Buk-M3 es un arma móvil operada por el Ejército de Tierra de Rusia que fue adoptada en 2016. Su misión es interceptar todo tipo de blancos aerodinámicos, incluidos aviones no tripulados y misiles de crucero, en condiciones de fuego activo y contramedidas electrónicas intensas. Según datos oficiales, su alcance es de hasta 70 kilómetros de distancia y 35 kilómetros de altitud a una velocidad de 3 km/s.
La ventaja principal de este sistema es su capacidad de destruir objetivos que vuelen a una velocidad de hasta 3.000 m/s (11.000 km/h). Por ello el elenco de sus objetivos puede incluir casi todas las armas de precisión hipersónicas existentes, incluido el famoso vehículo estadounidense 7-X-KR 51 Waverider, cuya velocidad llega a los 7 Mach.
En febrero de 2016 fue inaugurada en la región de Kírov la primera fábrica de sistemas de defensa aérea de la Rusia postsoviética, construida a partir de cero y diseñada para la producción de los sistemas antiaéreos de largo alcance S-400 y S-500. Almaz-Antéi ha invertido en ella unos 300 millones de dólares.