La familia de origen ruso encarcelada en España sin pruebas
Acusados hace tres años de ser los testaferros del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang, los Kókorev han sido encarcelados preventivamente.
Tres miembros de la familia Kókorev (el matrimonio compuesto por Julia y Vladímir, y su hijo Igor) están encerrados en el centro penitenciario de Tafira Alta, en la isla de Gran Canaria (España) acusados de ser testaferros del presidente de Guinea Ecuatorial, Teodoro Obiang.
Lo sorprendente de este caso es que después de un año aún no se han presentado pruebas para justificar el cautiverio de esta familia española de origen ruso. Se mantiene la prisión provisional sin fianza con carácter preventivo, y se justifica por el carácter secreto de las investigaciones. Los Kókorev carecen de antecedentes penales, y a día de hoy continúan desconociendo gran parte de los hechos que les imputan. Ya se ha prorrogado catorce veces el secreto de sumario que pesa sobre la causa. Mientras tanto, el estado de salud de Vladimir, el padre de familia, empeora gravemente dentro de la cárcel.
Una larga investigación
La investigación comenzó en 2003, cuando el Servicio de Prevención de Blanqueo de Capitales del Banco de España se alertó al ver que tenían una cuenta en Las palmas de Gran Canaria con 26,4 millones de dólares a nombre de una sociedad panameña llamada Kalunga Company S.A. y que al parecer el dinero procedía de una cuenta del banco Riggs de Nueva York relacionada con el gobierno de Guinea Ecuatorial.
Para el año 2012, la Unidad de Delitos Monetarios de la Policía Judicial de Las Palmas ya había elaborado un informe sobre la familia Kókorev, en el que se describía al matrimonio de Julia y Vladímir como "testaferros de políticos de alto nivel de Guinea Ecuatorial que distraen fondos públicos...Una receptación de blanqueo de capitales con origen en actividades delictivas graves, como corrupción político en Guinea Ecuatorial", según informaba hace un año el diario 'El Pais'.
Los abogados de la familia, en cambio, aseguran que tienen en su poder documentos que acreditan el orígen lícito del dinero de la familia Kókorev, y que los han aportado a las autoridades judiciales correspondientes. A pesar de todo, permanecen en prisión provisional sin fianza por orden de la instructora del juzgado nº 5 de Las Palmas, Ana Isabel de Vega Serrano.
"Peor que una condena"
En RT hemos querido hablar con el abogado que se encarga de la defensa en este caso, Henry Feltenstein, del Bufete Choclán Montalvo, para comentar con él la situación legal que atraviesan los Kókorev.
De entrada, nos confirma que ya han aportado documentación que demostraría la inocencia de sus clientes: "En marzo aportamos al juzgado documentación que acredita el origen lícito del dinero de esa cuenta investigada. Vladímir organizó la venta de varios buques y aportamos documentos que justifican los pagos recibidos: contratos, documentación de la entrega de bienes, órdenes de pago, incluso fotografías de los buques, todo lo que teníamos. Ahora ya no tenemos acceso a la causa, porque es secreta y no podemos hacer nada. No nos dan acceso a los discos duros ni a la documentación, se la llevaron toda en los registros que hicieron en el domicilio de la familia".
Feltenstein admite que la falta de información, el carácter secreto de la investigación, es un factor que perjudica mucho a los Kókorev: "La única información que tenemos la conocemos a través de los medios de comunicación y de los autos de prisión. La situación es injusta: los Kókorev llevan más de un año en prisión sin haber sido juzgados y sin tener acceso a la documentación que nos permitiría organizar la defensa.Tristemente no se trata de algo excepcional en España. Estas cosas suelen suceder, sobretodo con acusados de origen extranjero".
El origen de todo, según explica este abogado, es una querella presentada por la Asociación Pro Derechos Humanos de España, con el auspicio de la Open Society Foundation, de George Soros. Eso impulsó una investigación de varios cargos del gobierno de Guinea Ecuatorial en la que se acabó considerando que los Kókorev eran testaferros de Teodoro Obiang, lo cual, en su opinión, "no tiene ningún sentido. Nosotros no tenemos acceso a ningún documento de esa investigación. Sabemos, por los autos de prisión, que están acusados de haber creado empresas para ocultar un supuesto orígen ilícito de los fondos, pero no sabemos por qué lo consideran ilícito, ni por qué no dan por válida la documentación que le hemos presentado".
Por último, Henry Feltenstein alude al régimen de encarcelamiento de los Kókorev, e insiste en señalar que la situación dificulta mucho su defensa: "Estamos preparando una defensa a ciegas, mientras ellos están en una situación peor que si estuviesen efectivamente condenados. Al padre y al hijo los tienen en módulos separados para que no se vean. Además, con el régimen de prisión preventiva, no pueden acceder ni ir acumulando beneficios penitenciarios; y como lo que se pretende es el aislamiento, se les hace muy complicado recibir visitas que no sean las de sus abogados... En este sentido, la prisión provisional es mucho peor que un condena".
David Romero