Durante la construcción de un centro comercial y un estacionamiento subterráneo en la capital mexicana, arqueólogos descubrieron y lograron poner a resguardo los restos de un templo de hace más de 650 años. Hallado cerca de la zona arqueológica de Tlatelolco, en pleno centro histórico de la ciudad, la edificación había sido erigida al dios del viento Ehécatl-Quetzalcóatl.
La estructura consiste en un basamento piramidal que presenta una forma rectangular hacia el oeste y una circular hacia el este. Tiene 11 metros de diámetro y 1,20 de altura. De acuerdo a los expertos, se encuentra conservada en un 70%.
Conociendo el potencial arqueológico de la zona, desde el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) de México entablaron contacto con la constructora en el año 2014 para llevar a cabo una excavación controlada. Fue así que a tres metros de profundidad del nivel de la calle, finalmente se encontró esta construcción histórica.
La historia del templo
Pedro Francisco Sánchez Nava, coordinador de arqueología del INAH, señaló que "la estructura es muy importante porque formó parte del recinto sagrado de Tlatelolco". Y apuntó que "da cuenta de qué manera una de las deidades del panteón México–Tlatelolco estaba representado en este espacio".
De acuerdo a la investigación la estructura se llevó a cabo en tres etapas constructivas. La primera data los años posteriores a la fundación de la antigua ciudad de Tlatelolco en 1337 d.C., una segunda ―la más visible― entre 1.376 y 1.417 d.C. y la tercera hacia el año 1.427 d.C. Cuenta con paredes bicónicas inclinadas, lo que la distingue del resto de las ruinas prehispánicas de la Plaza de las Tres Culturas.
El arqueólogo mexicano Eduardo Matos Moctezuma, que participa de las excavaciones, destacó que "estamos ante una gran metrópoli cuyo concreto cubre las antiguas ciudades prehispánicas" por lo que "el momento en que se puede penetrar, hacer un trabajo arqueológico y preservarla para que la gente la observe, reviste una enorme importancia".
Cabe recordar que Tlatelolco fue el último reducto de resistencia de los aztecas ante la invasión española. Allí fue capturado en 1521 Cuauhtémoc, el último gobernante de esta civilización, después de huir de Tenochtitlán.
Un museo en plena calle
El objetivo ahora es convertir ese espacio en un lugar accesible para el público. Para ello primero se procederá a construir una "ventana arqueológica", la cual tendrá un cristal protector y la "ventilación adecuada". Asimismo, se edificará un muro alrededor de la pirámide para separarla del centro comercial. Desde la calle se hará una rampa para que los visitantes puedan acercarse hasta una baranda y apreciar desde allí parte del antiguo templo.
En los dos años de trabajo han participado doce arqueólogos. Hasta el momento se han encontrado 43.000 objetos, 1.000 de ellos completos y que están bajo registro y estudio. Además se pudieron identificar 20 tumbas de niños, adultos y animales.
Con este descubrimiento se sabe ahora que la zona arqueológica de Tlatelolco está compuesta por 67 pirámides, de las cuales al menos 37 están debajo de las calles y avenidas de la ciudad.