El director del mayor banco ruso se disfraza de inválido y pide un crédito. ¿Por qué lo hizo?

Sberbank lanzó un proyecto destinado a mejorar la vida de los discapacitados a la hora de ir al banco.

En vísperas del día Internacional de las personas con discapacidad, que se celebra el 3 de diciembre, Sberbank, el mayor banco ruso, lanzó un proyecto destinado a averiguar por medio de pruebas tecnológicas si los servicios que presta a sus clientes se adaptan a las personas inválidas, informa 'RIA Novosti'.

Para ello, el director del banco, Herman Gref, se enfundó una indumentaria especial para simular una discapacidad, con la que casi no podía ver ni oír nada, y se presentó en una de las sucursales del banco en  Moscú para pedir un préstamo de 100.000 rublos (más de 1.500 dólares) para comprar una silla de ruedas. De esa forma, quiso comprobar por sí mismo la dificultad que entraña la petición de un crédito para una persona inválida en una oficina de Sberbank.

El modelo del traje especial que Sberbank usó para este fin se denomina Gert y fue comprado por el banco ruso en Reino Unido, donde fueron elaborados por encargo de universidades médicas. Primero los utilizaban para estudiar las enfermedades y mejorar su diagnóstico, pero luego también empezaron a usarlos en las pruebas de disponibilidad del entorno. En 2013 el banco británico Barclays realizó las pruebas parecidas con este mismo modelo de trajes. 

Según Gref, en la última etapa del experimento, la administración del banco llegó a una serie de conclusiones importantes, entre ellas, la de que hay que crear propuestas especiales para los inválidos. Asimismo, añadió que Sberbank ya había planeado utilizar cajeros automáticos especiales, más bajos y con el teclado en braille para facilitar su uso para la gente con distintos tipos de minusvalías. La entidad financiera también realizará pruebas semejantes en las sucursales de otras ciudades rusas durante 2017.

"Creo que es necesario que los empleados que trabajan con los inválidos se pongan un rato estos trajes para sentirlo", aseguró Gref porque, desde su punto de vista, "cuando pensamos que podemos imaginar las sensaciones de la gente discapacitada, no son las mismas que sienten realmente".