Las autoridades del estado estadounidense de Texas imponen a partir de este diciembre nuevas normas de manejo de los embriones humanos y los restos corporales de los nonatos. Los tejidos abortados deberán ser incinerados o enterrados al igual que se hace con los restos de personas fallecidas.
Esta exigencia, que no es una ley sino un mandamiento administrativo, viola los derechos de los satanistas. Al menos eso es lo que creen los miembros de la congregación denominada El Templo Satánico ('The Satanic Temple', TST por sus siglas en inglés), que apelan a las leyes federales de EE.UU. que garantizan la libertad religiosa.
En declaraciones a la revista digital 'Jezebel', el cofundador y portavoz del grupo, Doug Mesner, alias Lucien Greaves, opinó que las autoridades buscan "elevar el tejido fetal a condición de ser humano", algo que nunca llega a ser. Calificó la iniciativa como una "medida punitiva impuesta por sádicos teócratas".
Greaves cree que una medida así añadiría aún más sufrimiento a las mujeres que tengan que recurrir al aborto. Mientras tanto, considera que para el propio colectivo satanista supone "una violación directa" de sus creencias religiosas. Por este motivo, El Templo prepara una demanda contra el estado de Texas.