El chavismo y la oposición han pactado una tregua hasta enero de 2017 mientras transcurre el proceso de diálogo.
La situación constituye un triunfo para el gobierno, que ha mantenido a raya conflictividad atizada por la oposición y que recrudeció desde finales del año pasado con la victoria electoral de la derecha en el Parlamento.
El chavismo perdió la mayoría y la derecha dijo que sacaría en seis meses al presidente Nicolás Maduro. La promesa, evidentemente, no se cumplió. ¿Qué reconfiguró el escenario?
En vilo
El martes en la noche, mediante un comunicado, la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) -que ha acompañado el proceso de diálogo- consideró que ambas partes habían demostrado su disposición con el "mantenimiento de la paz en Venezuela", por lo que solicitaron a los poderes públicos "no aprobar o abstenerse de dictar decisiones que dificulten la relación entre ellos", al menos hasta el 13 de enero de 2017, cuando se tiene prevista la próxima reunión.
Ese plazo, sin embargo, no está exento de escollos. Dentro de la oposición se han agudizado las divisiones y críticas contra el sector que se ha mantenido en la mesa de diálogo con el gobierno.
El tres veces perdedor de las elecciones presidenciales y actual gobernador del estado Miranda (centro), Henrique Capriles Radonski, es el más cáustico. En unas declaraciones difundidas este miércoles pidió hacer una "purga" dentro de la alianza de partidos opositores por considerar que sus miembros le pasan información al gobierno.
Carlos Ocaríz, del mismo partido de Capriles y quien asiste a las negociaciones como representante de la oposición, también se escindió hoy de lo pactado: "no aprobamos ni estamos de acuerdo con ninguna fecha, no participaremos hasta que no cumplan con lo acordado".
El presidente de la Asamblea Nacional (AN), Henry Ramos Allup, perteneciente a una de las cúpulas que lidera la oposición, siguió esa misma línea. En declaraciones a El Nacional, el parlamentario aseguró este miércoles que se "retomaría la agenda" suspendida durante el diálogo.
El primer punto de esa "agenda" postergada por la oposición es el intento de "juicio político" contra el mandatario nacional. Sin embargo, la figura del "impeachment" no existe en la Constitución venezolana.
Incumplimiento
El chavismo, pese al elogioso comunicado de la Unasur, no tiene una buena impresión de la oposición. El alcalde de Caracas y miembro del buró político del Partido Socialista Unido de Venezuela (Psuv), Jorge Rodríguez, acusó a la derecha de incumplir los puntos acordados en la última reunión.
Porque el martes no se vieron las caras. La oposición descartó reunirse con el chavismo y optó por encontrarse únicamente con los mediadores. "De los cinco puntos, la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) ha violentado cuatro y medio", dijo Rodríguez citado por Telesur.
Rodríguez aludió especialmente al desacato que mantiene la oposición sobre las decisiones del Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) y el nulo apoyo de la derecha a las medidas para combatir la guerra económica de la que es víctima la economía venezolana.
Dimes y diretes
Aunque Rodríguez insiste en la necesidad de mantener el diálogo, las recientes declaraciones de la oposición ponen en entredicho la posibilidad de que avance mucho más. En horas de la noche de este miércoles, el secretario de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD), Jesús Torrealba, dijo que no asistirían a otro encuentro en enero.
"Hasta que no se cumplan los acuerdos nosotros no vamos a coincidir en ningún espacio", dijo Torrealba, citado por El Universal.
Los principales voceros de la derecha permanecieron reunidos durante todo el día para debatir las propuestas planteadas por el Vaticano, también mediador en el diálogo, pero concluyeron que no estaban de acuerdo con la fecha del próximo encuentro. La respuesta, nuevamente, serán las acciones de calle para "presionar" al gobierno del presidente Nicolás Maduro: "Nos negamos a dar una sensación de normalidad", agregó el secretario de la MUD.
Nazareth Balbás