"Advertí con anticipación del estallido de la guerra y de cuánto ha sucedido con una previsión tal que yo mismo me quedo asombrado", eso relató el peruano Ricardo Rivera Schreiber al periódico 'El Comercio' en febrero de 1949.
Él reveló a Estados Unidos los planes japoneses de atacar Pearl Harbor, según una reseña de BBC.
"Yo no busqué la información. Carecía de medios para ello. Vino a mí directamente de la manera más casual", agregaría Rivera Schreiber al comentar a la prensa de su país sobre el ataque aéreo japonés ocurrido el 7 de diciembre de 1941, es decir, hace 75 años.
Una casualidad
Entre 1939 y 1942, Rivera se desempeñó como embajador de Perú en Japón. En el relato de BBC se explica que el diplomático recibía habitualmente las visitas de "Yasukisu Suganuma, un traductor japonés" que era primo de un trabajador del Ministerio de Marina del Japón.
Así el peruano se enteró de "los preparativos de la escuadra japonesa para enfrentar a Estados Unidos".
Aunque las delaciones no las recibió el embajador de forma directa, sino que el traductor se las contaba en conversaciones informales a Felipe Akakawa, chofer de la embajada peruana.
"Mi valet me contó muchas veces vaticinios [de Suganuma] sobre diversos sucesos de política internacional que siempre se cumplían", habría dicho Rivera en la entrevista con 'El Comercio'.
En enero de 1941, las predicciones del traductor alarmaron al chofer, que de inmediato se las contó al embajador.
Rivera "no prestó mucha atención a la primera advertencia". Pero el valet Akakawa volvió "muy nervioso con la misma información 10 días después. Rivera le preguntó si el ataque sería en San Diego, California", y ese respondió que no, que sería en el centro del Pacífico. Para el embajador, el centro del Pacífico era Pearl Harbor.
Informando
Perú, alarmado por las informaciones, decide poner sobre aviso al Gobierno de Estados Unidos y entrega todos los detalles a "Joseph Grew, embajador estadounidense en Japón".
Grew habría enviado un cable urgente al presidente Franklin D. Roosevelt. "Hasta aquí llegó mi intervención. Naturalmente no podía ir más allá. (...)", relatará años después el peruano.
Otra fuente citada en el libro 'Pearl Harbor. La historia secreta' detalla que Grew sí envió un cable, pero a "Cordell Hull, entonces secretario de Estado americano".
El telegrama decía:
"Un funcionario de la embajada fue informado por mi colega peruano que de diversas fuentes, incluida una japonesa, había escuchado que fuerzas militares japonesas planeaban un ataque masivo de sorpresa contra Pearl Harbor en caso de 'dificultades' entre el Japón y los Estados Unidos; que el ataque envolvería el uso de todas las facilidades militares japonesas. Mi colega dijo que se veía en la obligación de transmitir esta información porque le había llegado de diversas fuentes, no obstante el plan parecía fantástico".
Ese telegrama puede leerse hoy en los documentos digitalizados por la Universidad de Wisconsin.
"Hace más de 74 años, el cable pasó por los departamentos de Guerra y de Marina de Estados Unidos y llegó hasta la dirigencia de la flota del Pacífico (…) Pero no le hicieron caso".
Los hechos
Casi once meses después de la advertencia hecha por un peruano al Gobierno de Estados Unidos, el 7 de diciembre de 1941 "los japoneses destruyeron 188 aviones, hundieron cinco barcos de guerra y mataron a más de 2.400 americanos en Pearl Harbor".
De esa forma Estados Unidos se metió en la Segunda Guerra Mundial y se cumplía el vaticinio que un traductor hizo a un chofer.